Muchas han sido las causas que han motivado este largo paréntesis de silencio en este blog. Unas, de carácter personal y profesional han impedido tener tiempo y tranquilidad para sentarme a escribir, aunque fueran cuatro líneas. Otras, de carácter político, han hecho que prefiriera el silencio antes que decir alguna que otra barbaridad sobre lo que sigue ocurriendo en el seno de EUPV en referencia a la composición de la nueva Permanente -todavía está pendiente ese tema, después de casi dos meses- y el veto personal que sobre mi mantienen tres de las personas con mayor fuerza de esta organización: la secretaria general del PCPV -Marga Sanz-, la coordinadora de EUPV -Gloria Marcos- y el secretario de organización de EUPV -Ricardo Sixto. Tanto honor me abruma.
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Esta no es, desde luego, una situación agradable y ha hecho que me replantee muchas cosas respecto a mi situación y posición en EU, a los dirigentes que tenemos y a las maneras de funcionar que, desde hace tiempo, imperan en esta organización y de las que ya he hablado con anterioridad. Pero si algo he aprendido en los últimos tiempos es que no vale la pena dedicar ni un solo minuto más colaborando, por activa o por pasiva, para que determinada gente -entre ella, las tres personas que he nombrado- utilicen una situación de crispación interna para mantener el status quo actual. Pero tampoco voy a permitir que se me utilice para hacer en EU políticas internas indignas e indignantes en la organización. Dicho de otra manera para que se entienda mejor: tengo el mismo derecho que cualquier otro miembro de la dirección a estar en la Permanente y NO ADMITO EL VETO. Desconozco las verdaderas razones por las cuales mis tres dirigentes me distinguen con su beligerancia absoluta, pero si creen que así voy a dejar de decir lo que pienso, ya ven que se equivocan. Esa libertad no me la van ni a quitar, ni siquiera a cuestionar. Saben, para ello mandan, que para aquellas ovejas descarriadas que se salen del redil de la política aprobada existen mecanismos internos adecuados -así se aprueba en las asambleas- para corregir o parar esas situaciones. A su disposición estoy para ello si lo consideran oportuno. Pero siempre que me de la gana, como cualquier otra persona debería poder hacer, salvo que lleve excesivos yugos que lastren y castren esa capacidad, expresaré alli donde me plazca, y por supuesto en este blog, mis opiniones y mis pensamientos.
Faltaría más !!!
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