
Bajo un supuesto manto del "ejercicio de la democracia interna" -a nosotros nos van a engatusar con ese cuento- el aparato pepero ha montado un espectáculo mediático para desviar la atención de los resultados electorales obtenidos, montando un falso debate entre un líder doblemente fracasado y una Esperanza que no existe como tal.
Pero así, además del primer objetivo, se consigue posicionar al personal, mediante el ejercicio de la verbalización y visualización de las filias y las fobias entre unos y otros. A fin de cuentas, esto del PP no es más que una UTE de intereses puestas al servicio del control del gobierno que ha fracasado en los dos últimos intentos y en la que, cual empresa pura y dura, los subordinados deben mostrar su fidelidad al jefe de turno so pena de ser relegados o marginados de sus puestos. No hace falta irse muy lejos de aquí para darse cuenta de ello, viendo como manejan listas, puestos y cargos los jerifaltes del PP valenciano.
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