Liberae sunt nostrae cogitationes: abril 2008

Aparece hoy en prensa el reconocimiento del Conseller d'Educació de que debe casi 900 millones de euros a las Universidades valencianas.

No parece lógico que la Generalitat tenga dinero para costear visitas papales, terras míticas y mundos ilusionantes o circuitos de carreras en la ciudad y, sin embargo, deba dinero a entidades que se dedican a la formación de nuestros jóvenes y a la investigación. Bueno, sí es lógico para quienes se dedican a la política de promoción y marketing popular en lugar de preocuparse de los problemas reales de los ciudadanos.

Amores que matan

Dicen las malas lenguas que en el PP andan a la greña. Para que vean que eso no es cierto aquí tenemos una muestra del cariño que se profesan los presis de Madrid y Valencia.

Parece que no haría falta gritar mucho el "que se besen, que se besen".

11.550

Once mil quinientos cincuenta millones de euros. Casi dos billones (con b, como les gusta decir en los telediarios) de las antiguas pesetas.

Esa es la deuda pública que, según el Banco de España, tiene la Generalitat Valenciana a final del año 2007. Técnicamente, una empresa con el nivel de ingresos y gastos, más la deuda a corto y largo plazo similar a la que tenemos gracias a la gestión de los gobiernos de Zaplana primero y Camps después, sería una empresa en quiebra y debería cerrar.

En el último año, la deuda de la G. Valenciana ha crecido en más de 600 millones de euros. Si alguno conoce alguna inversión donde se haya metido parte de ese dinero que repercuta en la mejora de la calidad de vida que haga el favor de mandarme un mensajito.

Bronca en el PP

Parece que andan a la greña los del PP: entre Mariano y Esperanza parece que está la disputa de quien va a mandar en la derecha española y olé a partir del próximo mes de junio. En medio de esa muy estudiada puesta en escena de la bronca interna, disimuladora del fracaso electoral que ha supuesto para ellos no conseguir la presidencia del gobierno, los "barones" del partido afilan espadas y captan adeptos para el próximo congreso de Valencia.
Bajo un supuesto manto del "ejercicio de la democracia interna" -a nosotros nos van a engatusar con ese cuento- el aparato pepero ha montado un espectáculo mediático para desviar la atención de los resultados electorales obtenidos, montando un falso debate entre un líder doblemente fracasado y una Esperanza que no existe como tal.
Pero así, además del primer objetivo, se consigue posicionar al personal, mediante el ejercicio de la verbalización y visualización de las filias y las fobias entre unos y otros. A fin de cuentas, esto del PP no es más que una UTE de intereses puestas al servicio del control del gobierno que ha fracasado en los dos últimos intentos y en la que, cual empresa pura y dura, los subordinados deben mostrar su fidelidad al jefe de turno so pena de ser relegados o marginados de sus puestos. No hace falta irse muy lejos de aquí para darse cuenta de ello, viendo como manejan listas, puestos y cargos los jerifaltes del PP valenciano.

Voto diferenciado

Es curioso que algunos, siguiendo las órdenes emanadas del politburó, para marcar diferencias con un planteamiento de izquierdas, vote casi igual que la derecha.

Quizás la nueva política de la vieja izquierda empiece a tener demasiadas coincidencias con la rancia derecha. Al menos, en comportamiento, ya lo habían demostrado. Ahora también en proyectos políticos y en los presupuestos que permiten su ejecución.