Según una encuesta de Público, el PP valenciano no sólo continuaría con su mayoría absoluta sino que, gracias a la división de la izquierda y a la continua flojera del PSPV-PSOE, aumentaría el número de escaños que tiene actualmente. Ya dije hace tiempo que el caso Gürtel no daba votos a la oposición. Que los casos de corrupción que azotan al PP valenciano, madrileño o mallorquín no estaban siendo capitalizados en réditos electorales por la izquierda. En un país donde, a pesar del paro, los gastos y fastos suntuosos en detrimento del gasto social en salud, educación o infraestructuras, la vergüenza que supone nuestra radio televisión pública o la propia corrupción institucionalizada del PP que encabeza Camps, la gente sigue creyendo que se vive bien y que el PSOE no es alternativa real de cambio es muy difícil que se pueda generar una dinámica ilusionante de cambio y de recambio en las estructuras legislativas. Todos sabemos que la derecha es disciplinada en los votos. Que las vergüenzas y las desvergüenzas se asumen con resignación cristiana y que, bajo las promesas de un futuro mejor, todo se acepta y se acata. Mientras, el PSPV-PSOE navega en aguas de nadie, sin rumbo claro, sin liderazgo ni propuestas alternativas que puedan posicionarlo como opción real de gobierno. Y la izquierda real en proceso de construcción. Quizás con demasiado retraso, quizás con carencias y con lastres del pasado aún colgando de nuestras alforjas, pero con capacidad de trabajo, respuesta e ilusión.
La encuesta de Público aún refleja el peso de las siglas de EU-IU que durante 20 años ayudamos a construir, a pesar de los actuales gestores de las mismas. Pero hace mucho tiempo que dejaron de tener significado; cuando empezaron a cambiar estrategias políticas por tácticas internas, visión de futuro colectivo por nóminas personales y comportamientos de izquierdas por vendettas infumables de inmaduros dirigentes respaldados por quienes siguen en sus cargos, anuladas en los tribunales laborales.
Como dije anteriormente, el proceso de reconstrucción de la izquierda valenciana no se puede concebir en clave exclusivamente electoral. Pasa por una asunción, más bien una recuperación, de la ética política y la dignidad social que tanto PP como PSOE han despreciado y que la dirigencia de EU -hoy coptada por el PCPV- decidió olvidar hace mucho tiempo en detrimento de filias y fobias personales y absolutistas y cuya actual dirección, encabezada por Marga Sanz y Alfredo Albornos, perdió cualquier atisbo de legitimidad política alguna con los silencios cómplices del pasado.
La reconquista de la dignidad no puede estar basada exclusivamente en una apuesta electoral., aunque esto último es fundamental para una transformación social, además de económica y cultural.
Y para ello se hace imprescindible plantearse seria y responsablemente la superación de los partidos políticos como mecanismos de transformación e incidencia social. Las movilizaciones sociales, las organizaciones ciudadanas deberían ser quienes recogieran la imperiosa necesidad de superar este momento de anomia y afasia política, imponiendo la ley de la ética y la política como elemento fundamental que cambie la actual situación de corrupción e indignidad pública que, aún sin quererlo, a todos nos afecta y a todos nos atañe.
La encuesta de Público aún refleja el peso de las siglas de EU-IU que durante 20 años ayudamos a construir, a pesar de los actuales gestores de las mismas. Pero hace mucho tiempo que dejaron de tener significado; cuando empezaron a cambiar estrategias políticas por tácticas internas, visión de futuro colectivo por nóminas personales y comportamientos de izquierdas por vendettas infumables de inmaduros dirigentes respaldados por quienes siguen en sus cargos, anuladas en los tribunales laborales.
Como dije anteriormente, el proceso de reconstrucción de la izquierda valenciana no se puede concebir en clave exclusivamente electoral. Pasa por una asunción, más bien una recuperación, de la ética política y la dignidad social que tanto PP como PSOE han despreciado y que la dirigencia de EU -hoy coptada por el PCPV- decidió olvidar hace mucho tiempo en detrimento de filias y fobias personales y absolutistas y cuya actual dirección, encabezada por Marga Sanz y Alfredo Albornos, perdió cualquier atisbo de legitimidad política alguna con los silencios cómplices del pasado.
La reconquista de la dignidad no puede estar basada exclusivamente en una apuesta electoral., aunque esto último es fundamental para una transformación social, además de económica y cultural.
Y para ello se hace imprescindible plantearse seria y responsablemente la superación de los partidos políticos como mecanismos de transformación e incidencia social. Las movilizaciones sociales, las organizaciones ciudadanas deberían ser quienes recogieran la imperiosa necesidad de superar este momento de anomia y afasia política, imponiendo la ley de la ética y la política como elemento fundamental que cambie la actual situación de corrupción e indignidad pública que, aún sin quererlo, a todos nos afecta y a todos nos atañe.
2 comentaris:
Jajaja que obejtividad la tuya:-)
Didi
¿Y quien ha dicho que soy objetivo o que pretendo serlo? -)))
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