Cruzamos el desierto. En noviembre de 2007, en el Campus de la Universitat Politécnica, algunos decidimos romper la lucha interna de familias en la Asamblea de Esquerra Unida porque no compartíamos ni formas ni fondos de entender y practicar la política de gente com Gloria Marcos y Marga Sanz, con sus lacayos correspondientes, ahora aupados a lacayos públicos con nómina. Aquella decisión, evidentemente acertada, nos costó ser victimas del sectarismo excluyente de EU, y nos dejó sin referente político propio que nos permitiera desarrollar nuestra capacidad y trabajar en un espacio nuestro donde nos sintiéramos cómodos. Anoche, nuestra particular travesía del desierto llegó a su fin. Estos votos que la ciudadanía nos ha dado y la representación que se ha obtenido con ellos, son nuestros, son de todos nosotros que veníamos caminando sin saber muy bien si lo hacíamos en la buena dirección. Teníamos esperanzas, teníamos anhelos y sueños, pero tantas veces se han visto truncados por la inoperancia, por la mediocridad, por la imbecilidad de algunos, que siempre nos queda ese temor de que esta vez tampoco lo conseguiríamos. Anoche cayó ese temor. Los abrazos, los llantos de alegría, los gritos de rabia y sentir que, por fin, hemos podido hacer lo que sabemos hacer bien, que se ha confiado en nuestra capacidad, que se ha podido trabajar en un ambiente y con una gente simplemente espectacular y encantadora, no tiene precio ni palabras que lo puedan describir.
Anoche, a las once y media de la noche sólo pude beberme casi 3 litros de agua seguidos .... uno por cada uno de los 3 años de travesía que media entre el espacio ajado, envejecido y aburrido que dejamos atrás el 20 de enero de 2008 y este nuevo vergel que surge ante nosostros, donde se empiezan a intuir, de nuevo, todos los colores de la izquierda. Y lloré de alegría por ello, por nosotros y por mi.
Anoche, a las once y media de la noche sólo pude beberme casi 3 litros de agua seguidos .... uno por cada uno de los 3 años de travesía que media entre el espacio ajado, envejecido y aburrido que dejamos atrás el 20 de enero de 2008 y este nuevo vergel que surge ante nosostros, donde se empiezan a intuir, de nuevo, todos los colores de la izquierda. Y lloré de alegría por ello, por nosotros y por mi.
Ahora toca trabajar.
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