No tengo yo muy claro el verdadero interés de los partidos políticos en general, y del PSOE y PP en particular, por la nueva ley de educación. No tengo nada claro si están más preocupados de la educación de nuestros jóvenes y adolescentes (de la LOU ya hablaremos), a pesar de las cartitas que papá Rajoy envía al dire Zapatero, de los problemas y carencias de los centros educativos y del profesorado, tanto de centros públicos como privados (no confundir con la patronal de éstos últimos), tanto fijos como interinos, del tercer sector educativo vinculado a la economia social y siempre marginado y obviado por los defensores de lo público y de lo privado, del alumnado inmigrante, de la selección previa a la matrícula, de la racionalización del currículum, de los horarios lectivos, de la racionalización de las fiestas escolares en función de las necesidades y demandas del alumnado y profesorado y no del santoral cristiano, etc, que de intentar obtener rédito político en este nuevo enfrentamiento. Al margen de cual sea la realidad, verdadero interés o batalla electoral, no debemos olvidar que lo que está en juego, una vez más, no es el futuro de Zapatero o Rajoy, sino el de cientos de miles de jóvenes, verdaderos sufridores de esta situación.