Somos y existimos. Herederos de la República, nietos e hijos de la lucha contra la dictadura. Familiares de los fusilados por el régimen para la supervivencia del régimen. Malditos durante años, ocultos o exiliados, orgullosos y resistentes, supervivientes. Nuestro ser se nutre de la tierra donde están nuestros muertos, donde están los muertos de cada familia rota por una guerra que no debió ocurrir nunca. Por ellos, no olvidamos. Por nosotros, resistimos; por los que vienen después, luchamos. Somos y existimos a pesar de muchos, a pesar de mucho. Y los muertos nos acompañan.
Que no nos roben la memoria. Que no nos roben el futuro. Ya lo hicieron una vez.
Que no nos roben la memoria. Que no nos roben el futuro. Ya lo hicieron una vez.
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