Dar clase a adolescentes -y escucharlos- tiene como una magnífica ventaja que estás siempre al cabo de la calle de muchas cosas: la música que se oye -a todo volumen-, la moda que se lleva -sobretodo los tangas y los calzoncillos Nike visibles en todo momento gracias al uso y abuso de los pantalones de "cintura baja"-, la tecnología puntera -requisando los últimos modelos de teléfonos móviles- o los personajes y programas de televisión más vistos y famosos -motivo de conversación mucho más interesante que el tema que se intenta explicar en clase-.
También nos permite conocer el lenguaje que utilizan de manera habitual; el que usan entre ellos y el que utilizan para relacionarse en otros ámbitos. El lenguaje de la calle, el de uso habitual. Y puedo asegurar que ninguno de mis alumnos, podría asegurar casi sin riesgo de equivocarme, que ninguno de los adolescentes de este país, utilizan la expresión "hijo de costurera" o "hijo de comadrona" para insultar a otro, para halagarlo o para expresar su admiración por él o por ella.
Así que, la frase espetada ayer por el diputado del PP Hernández Mateo a la diputada Marina Albiol "Si no retira sus palabras me veré en la obligación de decirle que es usted una de esas personas a las que se conoce por la profesión de su madre" matizada después con un "No sé por qué se tiene que ofender nadie, yo no sé si es hija de una costurera o una comadrona" debe pertenecer a un ámbito desconocido para mi y que está alejado de lo que la gente del común utiliza día a día en la calle para relacionarse entre ella.
Porque, por desgracia, cuando alguien se refiere a otra persona empezando por "hijo de ... " o "hija de ...." no termina la expresión apelando a profesiones como doctora, maestra, abogada, o las citadas costurera y comadrona. Más bien, en esta sociedad tan civilizada y educada donde los jóvenes aprenden del fútbol que escupir en el suelo e insultar al árbitro o al contrario es correcto porque es lo que ven hacer y decir a su padre y al resto de adultos que asisten al campo, cuando se apela a la profesión de la madre sabemos todos y todas a quien nos estamos refiriendo.
No dudo yo que todo un ilustre diputado del PP y alcalde de Torrevieja espetara ayer, en el hemiciclo y bajo la atenta mirada de la Presidenta de Les Corts, tal frase a la diputada Marina Albiol refiriéndose a ella como hija de alguna profesional con la intención de expresar su halago y admiración por la valentía u osadía de denunciar públicamente las presuntas irregularidades e indicios de delito de algunos representantes del Partido Popular.
Porque pensar que Hernández Mateo se vea "en la obligación" de llamar a Marina Albiol hija de puta por sus denuncias en la tribuna debe estar fuera de toda duda. O no?
También nos permite conocer el lenguaje que utilizan de manera habitual; el que usan entre ellos y el que utilizan para relacionarse en otros ámbitos. El lenguaje de la calle, el de uso habitual. Y puedo asegurar que ninguno de mis alumnos, podría asegurar casi sin riesgo de equivocarme, que ninguno de los adolescentes de este país, utilizan la expresión "hijo de costurera" o "hijo de comadrona" para insultar a otro, para halagarlo o para expresar su admiración por él o por ella.
Así que, la frase espetada ayer por el diputado del PP Hernández Mateo a la diputada Marina Albiol "Si no retira sus palabras me veré en la obligación de decirle que es usted una de esas personas a las que se conoce por la profesión de su madre" matizada después con un "No sé por qué se tiene que ofender nadie, yo no sé si es hija de una costurera o una comadrona" debe pertenecer a un ámbito desconocido para mi y que está alejado de lo que la gente del común utiliza día a día en la calle para relacionarse entre ella.
Porque, por desgracia, cuando alguien se refiere a otra persona empezando por "hijo de ... " o "hija de ...." no termina la expresión apelando a profesiones como doctora, maestra, abogada, o las citadas costurera y comadrona. Más bien, en esta sociedad tan civilizada y educada donde los jóvenes aprenden del fútbol que escupir en el suelo e insultar al árbitro o al contrario es correcto porque es lo que ven hacer y decir a su padre y al resto de adultos que asisten al campo, cuando se apela a la profesión de la madre sabemos todos y todas a quien nos estamos refiriendo.
No dudo yo que todo un ilustre diputado del PP y alcalde de Torrevieja espetara ayer, en el hemiciclo y bajo la atenta mirada de la Presidenta de Les Corts, tal frase a la diputada Marina Albiol refiriéndose a ella como hija de alguna profesional con la intención de expresar su halago y admiración por la valentía u osadía de denunciar públicamente las presuntas irregularidades e indicios de delito de algunos representantes del Partido Popular.
Porque pensar que Hernández Mateo se vea "en la obligación" de llamar a Marina Albiol hija de puta por sus denuncias en la tribuna debe estar fuera de toda duda. O no?
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