Creímos que el conflicto tenía solución; creímos que había voluntad política para superar el enfrentamiento y crear una organización más fuerte, más ilusionante, más unida, más efectiva.
Fuimos unos ilusos. Pero por suerte nuestra ética no nos ha permitido ser unos mercenarios de la política, inútiles sin oficio ni beneficio (más que el propio), vender nuestra alma o comprar voluntades a cambio de una nómina o una prebenda por cuatro años más.
Fuimos unos ilusos. Pero por suerte nuestra ética no nos ha permitido ser unos mercenarios de la política, inútiles sin oficio ni beneficio (más que el propio), vender nuestra alma o comprar voluntades a cambio de una nómina o una prebenda por cuatro años más.
0 comentaris:
Publicar un comentario