Hoy se han vuelto a producir hechos lamentables en el pleno de les Corts Valencianes, foro de la máxima representación del pueblo valenciano: de nuevo, la Presidencia del PP -en este caso Rafael Maluenda- ha expulsado a un diputado de la oposición. No es la primera, ni desgraciadamente será la última. El Partido Popular, roto y convulsionado por los múltiples casos de corrupción, pero también duramente castigado internamente por la falta de liderazgo político y ético, ha abandonado definitivamente el sendero de la discusión y el debate ideológico y político y se ha instalado en la trinchera defensiva del esperpento, la bronca diaria y el show mediático, con Canal 9 como gran manipuladora (des)informativa, para esconder las vergüenzas y eludir el debate público y la asunción de responsabilidades. Expulsar del Parlamento a un diputrado de la oposición -y Maluenda argüyendo razones de chulería, para más inri- sólo muestra miedo, incapacidad e ineptitud. Insultar a una diputada, como hizo el conseller Cotino ayer con Monica Oltra, sólo demuestra nerviosismo y chulería.
Todo ello, junto con la alarmante falta de argumentos políticos del PP valenciano, sólo hace que confirmar la evidente inhabilitación política de este partido y de sus actuales dirigentes, con Camps a la cabeza, para seguir rigiendo la política valenciano.
La diferencia de esta afirmación respecto a otros momentos es que, ahora, por fin, ellos -los del PP- también lo saben. Y por eso huelen a miedo.
Todo ello, junto con la alarmante falta de argumentos políticos del PP valenciano, sólo hace que confirmar la evidente inhabilitación política de este partido y de sus actuales dirigentes, con Camps a la cabeza, para seguir rigiendo la política valenciano.
La diferencia de esta afirmación respecto a otros momentos es que, ahora, por fin, ellos -los del PP- también lo saben. Y por eso huelen a miedo.
0 comentaris:
Publicar un comentario