A Rajoy y a su ministro Wert ya no les queda nada. Nada que ofrecer a un pueblo, nada que ofrecer a una sociedad diferente en casi todo a aquella que se encontraron cuando llegaron al gobierno. Sus promesas electorales se esfumaron casi la misma noche de las elecciones; su compromiso social y la ética desaparecieron -si alguna vez llegó a existir- cuando el primero de los dirigentes de su partido recibió el primer sobre en dinero negro sin declarar, sin pagar impuestos, sin que ese sobresueldo sirviera, además, para generar cohesión y justicia social. Rajoy prometió a la gente trabajo y mejoras sociales en un momento de desencanto hacia las políticas del gobierno de Zapatero y sus consecuencias pero calló sobre la realidad de su partido, de sus políticas y de sus objetivos en la presidencia del Estado.
A Rajoy y a Wert sólo les queda la imposición por la razón de la fuerza, efímera y acotada en el tiempo, que significa para ellos una mayoría parlamentaria. No tienen la fuerza de la razón ni la razón siquiera. En poco más de año y medio han sumido en la miseria social los servicios públicos, transformándolos en objetos de mercaderes y mercachifles, en suculentos negocios para amigos y en cortijo de amigos inútiles con nóminas también suculentas. Y han recortado en educación y en cultura, no sólo porque también con ella negocian y mercadean, sino porque de ella podría surgir la conciencia de la rebelión, la negación de la verdad que quieren imponer y la oposición a sus acciones.
Saber y pensar, razonar y argumentar, ser consciente de lo que pasa y ser capaz de generar alternativas son el mayor enemigo, el mayor peligro que tiene este gobierno de imbéciles, sumisos al poder y a los mercenarios del dinero.
Según la biblia, Jesús echó del templo a los mercaderes a latigazos. Rajoy, Wert y el Partido Popular meten el adoctrinamiento en las aulas por miedo a los látigos de la justicia y la equidad. A ellos sólo les quedan las sotanas. A mi me queda todo un universo libre de palabras.
A Rajoy y a Wert sólo les queda la imposición por la razón de la fuerza, efímera y acotada en el tiempo, que significa para ellos una mayoría parlamentaria. No tienen la fuerza de la razón ni la razón siquiera. En poco más de año y medio han sumido en la miseria social los servicios públicos, transformándolos en objetos de mercaderes y mercachifles, en suculentos negocios para amigos y en cortijo de amigos inútiles con nóminas también suculentas. Y han recortado en educación y en cultura, no sólo porque también con ella negocian y mercadean, sino porque de ella podría surgir la conciencia de la rebelión, la negación de la verdad que quieren imponer y la oposición a sus acciones.
Saber y pensar, razonar y argumentar, ser consciente de lo que pasa y ser capaz de generar alternativas son el mayor enemigo, el mayor peligro que tiene este gobierno de imbéciles, sumisos al poder y a los mercenarios del dinero.
Según la biblia, Jesús echó del templo a los mercaderes a latigazos. Rajoy, Wert y el Partido Popular meten el adoctrinamiento en las aulas por miedo a los látigos de la justicia y la equidad. A ellos sólo les quedan las sotanas. A mi me queda todo un universo libre de palabras.
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