Compromís está inmersa en una guerra de fondos y formas. No está en juego sólo cómo vamos a confeccionar nuestras candidaturas a les Corts y a los Ayuntmaientos, sino el modelo de organización que quiere gobernar este país.
Llevamos meses realizando un absurdo ejercicio de introspección orgánica para elaborar un reglamento de primarias que somos incapaces de configurar. La C. Ejecutiva Nacional ha rechazado, una tras otra, todas las propuestas e ideas que la Comisión de Primarias ha realizado. Ahora, ni siquiera es esa comisión la que ha diseñado la propuesta filtrada a El Mundo y que salió publicada el pasado domingo 2 de noviembre. Como cualquier otro partido tradicional, como esa casta que otros denuncian y que nosotros decimos no ser y no tener, el reglamento que se trae a debate no ha sido elaborado por quienes tenían ese cometido, sino que se ha acordado entre unas pocas personas de los dos partidos mayoritarios de la coalición. Y es la que, interesadamente, se filtra a la prensa y quecondiciona nuestro calendario de reuniones y toma de decisiones en la Ejecutiva Nacional y el Consell General. Ni siquera los cuatro portavoces han tomado esas decisiones.
¿Ese es el modelo de organización que queremos ser? ¿Ese es el modelo de gobierno que impndremos si ganamos las elecciones el próximo 25 de mayo? Cuatro personas encerradas en una habiación o sentadas en la barra de un bar decidirán por todos nosotros sobre cuestiones fundamentales para nuestro presente y para nuestro futuro? ¿Qué diferencia hay entre esta forma de entender y hacer la política yla que tanto criticamos desde las tribunas de las Cortes Valencianas, el Congreso de los Diputados o en cada Ayuntamiento donde tenemos presencia?
Desde mi punto de vista y desde mi posición política, no puedo aceptar ni ser cómplice de esta propuesta, de esta estrategia de priorizar la presencia y la importancia de los partidos sobre la presencia y la importancia de las personas. No hemos entendido el mensaje de la sociedad si seguimos empeñados en cerrar los ojos ante las nuevas esperanzas y las nuevas reacciones de la gente frente a las necesidades colectivas. Si los partidos políticos, la coalición en nuestro caso, abandona la política para dedicarse a otra cosa, la gente abandonará a Compromís, como ya está pasando según la última encuesta del CIS. Y todos seremos responsables de ello si no hacemos nada para cambiarlo. Abandonar el camino que iniciamos hace siete años, continuación de otros muchos caminos e historias, significa retroceder mucho más interna y colectivamente y abandonar el espacio político de la reivindicación y de la ruptura frente a lo actualmente establecido; pero significa también abandonar la proa del mascarón de fuerzas que tendrán que trabajar para cambiar la negra realidad actual y poner brillo y esperanza a nuestro mañana, espacio que muy pronto ocuparan otros que sabran recoger ràpidamente el testigo que tan absurdamente tiramos.
Priorizar en estos momentos supuestos equilibrios de fuerzas internos, repartos porcentuales, cuotas y prelaciones, reservas para los carnets y demás nos convierte en unos más de este tétrico panorama político que vivimos actualmente. Peor aún, porque este modelo que debatimos esconde la realidad de lo que somos a la gente que aún confía en nosotros. Y, si algo ha cambiado en los últimos meses en este país es la percepción de la realidad por parte de la sociedad y su implicación en el cambio que se nos viene encima. Ya no es tiempo de engaños, ni mentiras, ni negociaciones a puerta cerrada, ni acuerdos bilaterlaes impuestos. Es tiempo de ser lo que decimos ser y actuar en consecuencia.
Es posible que estos días, en la próxima C. Ejecutiva o en el C. General, algunos ganen esta batalla. Serán ellos los responsables de perder la guerra en las próximas elecciones autonómicas y municipales de 2015; de perder la oportunidad, pocas veces tan cercana, de ser los protagonistas de una transformación económica, social, cultural y ética tan necesaria como urgente.
En esta miserable batalla no me encontrarán. Prefiero estar donde verdaderamente se libre esta guerra.
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