Camps llamó a su sastre mientras éste declaraba ante Garzón y, frente a las preguntas de mi amiga Mónica, alude a su tranquila conciencia mientras se va sabiendo que no sólo llamó al sastre sino que se reunió, junto a otros altos cargos del PP, como Rita Barberá, con el abogado De la Rúa, hoy en el Tribunal Supremo, en casa de éste último el día que saltó a los medios su posible imputación por el caso Correa.
Camps debe tener un Pepito Grillo del tamaño de un toro y lo debe tener igual de embrutecido que uno de lidia. Lo ha estado endureciendo, igual que los consellers del ramo, con el dolor de las familias de las víctimas del accidente del metro o la continua depredación de nuestro territorio, por poner sólo dos ejemplos, y ahora lo tiene tan encallecido y enmudecido que aguantará todo lo que le echen, porque quien sigue pagando por su acción y por su omisión somos el resto de los comunes.
Quizás las mayorías absolutas sean patentes de corso -o de corsarios- y los votantes no nos habíamos enterado. Seremos ignorantes o algunos muy listos?
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