Ayer se reunieron las delegaciones de PSE-PSOE y PNV para empezar a dirimir quien será el próximo Lehendakari en Euskadi. Ambos partidos se reconocen con derecho a presentar candidato, Ibarretxe y López, presentándose ante la opinión pública como vencedores de las pasadas elecciones del 1 de marzo.
Los datos del recuento provisional y a falta de dirimir el último escaño por Álava que, probablemente caerá en manos del PSE en detrimento de EA, son los siguientes:
EAJ - PNV: 396.557 votos y 30 escaños
PSE-PSOE: 315.893 votos y 24 escaños
Hay que tener en cuenta, a mi juicio, dos circunstancias importantes sobre los resultados de estas elecciones:
Los datos del recuento provisional y a falta de dirimir el último escaño por Álava que, probablemente caerá en manos del PSE en detrimento de EA, son los siguientes:
EAJ - PNV: 396.557 votos y 30 escaños
PSE-PSOE: 315.893 votos y 24 escaños
Hay que tener en cuenta, a mi juicio, dos circunstancias importantes sobre los resultados de estas elecciones:
- El incremento sustancial del respaldo al PNV, incluso con la disgregación de E.A, de un 11,7% sobre los resultados de 2005 con el consiguiente incremento también del nº de diputados.
- El incremento sustancial del 15% de respaldo electoral del PSE-PSOE sobre lo obtenido en 2005 y el aumento de un 33% del nº de diputados en el nuevo parlamento vasco sobre el anterior.
Ambos partidos, por tanto, han mejorado, evidentemente en perjuicio del resto de fuerzas políticas, salvo Aralar, sus resultados y su respaldo político entre la sociedad vasca.
Sin embargo, ambos candidatos, Ibarretxe y López, parten de situaciones muy diferentes y necesidades completamente distintas para conformar un nuevo gobierno: mientras que Ibarretxe podría ser lehendakari en solitario, o con apoyos del resto de fuerzas minoritarias, el candidato del PSE sólo lo podría ser, en las circunstancias actuales, obteniendo el apoyo del PP y de UPD, en una coalición de fuerzas antinacionalistas, constitucionalistas o españolistas (llámese como se quiera).
¿En qué condiciones Patxi López, el PSE y el PSOE, admitirían el apoyo de su mayor contrincante político para alcanzar el poder en Euskadi? ¿Cuál sería el precio a pagar, en Euskadi y en España, por ese "favor"? Porque los ejercicios de altruismo en política no se los cree nadie y, a pesar del declarado antiibarretxismo de ambos partidos, construir una supuesta alternativa basada en el todo vale y todos se juntan contra el vasco malo de StarTrek sólo podría conducir a una repetición bilbaína de lo ocurrido en Galicia, donde el PP ha vuelto, probablemente con más fuerza que antes, a mandar y a hacerlo durante muchos años.
No dudo que haya motivos sobrados para desplazar al PNV del gobierno, como en su momento los hubo en Cataluña con CiU; ni dudo que incluso es bueno que pasen a la oposición y que se produzca un proceso de análisis y debate y renovación interna.
Pero si el precio es poner en juego otra vez a las huestes del PP y darles capacidad de gobierno y decisión en más partes del estado, igual estos del PSE-PSOE deberían hacérselo ver con más calma y estudiar otras posibles opciones con mayor visión de estado, de futuro, de estabilidad y de gobierno, en lugar de primar las fobias y sentimientos encontrados.
Sin embargo, ambos candidatos, Ibarretxe y López, parten de situaciones muy diferentes y necesidades completamente distintas para conformar un nuevo gobierno: mientras que Ibarretxe podría ser lehendakari en solitario, o con apoyos del resto de fuerzas minoritarias, el candidato del PSE sólo lo podría ser, en las circunstancias actuales, obteniendo el apoyo del PP y de UPD, en una coalición de fuerzas antinacionalistas, constitucionalistas o españolistas (llámese como se quiera).
¿En qué condiciones Patxi López, el PSE y el PSOE, admitirían el apoyo de su mayor contrincante político para alcanzar el poder en Euskadi? ¿Cuál sería el precio a pagar, en Euskadi y en España, por ese "favor"? Porque los ejercicios de altruismo en política no se los cree nadie y, a pesar del declarado antiibarretxismo de ambos partidos, construir una supuesta alternativa basada en el todo vale y todos se juntan contra el vasco malo de StarTrek sólo podría conducir a una repetición bilbaína de lo ocurrido en Galicia, donde el PP ha vuelto, probablemente con más fuerza que antes, a mandar y a hacerlo durante muchos años.
No dudo que haya motivos sobrados para desplazar al PNV del gobierno, como en su momento los hubo en Cataluña con CiU; ni dudo que incluso es bueno que pasen a la oposición y que se produzca un proceso de análisis y debate y renovación interna.
Pero si el precio es poner en juego otra vez a las huestes del PP y darles capacidad de gobierno y decisión en más partes del estado, igual estos del PSE-PSOE deberían hacérselo ver con más calma y estudiar otras posibles opciones con mayor visión de estado, de futuro, de estabilidad y de gobierno, en lugar de primar las fobias y sentimientos encontrados.
0 comentaris:
Publicar un comentario