Quizás se merezcan algún que otro comentario, pero no será hoy.
Quizás se hayan ganado el reproche y la burla por sus acciones, pero no será hoy.
Quizás cabreen al personal y se ganen el enfado del personal, pero no será hoy.
Quizás mientan y engañen y algún día acaben en el infierno, pero seguro que no será hoy.
Porque hoy sólo existe la certeza de que estos mierdas con carnet no se merecen más que ahogarse en sus propias visceras que, de tan podridas, no hacen más que generar bilis amarga.
Y saber, con certeza también, que pase lo que pase mañana, su presente no es más que un continuo retazo de recuerdos de viejas glorias pasadas, mohosas y oscuras y su futuro, negro y aburrido como sus vidas, insulso como su espíritu y triste como su alma.
Y, hoy por hoy, sólo para hoy, sólo se me ocurre un pequeño, escueto y simple pensamiento: "Que les den, panda pringaos". El resto del mundo sigue girando y el viento, como hace 50 años, como lleva haciendo toda nuestra vida, sopla en mi cara, en mis manos y en mi corazón llevándose el olor a carroña y a descomposición, dejándola atrás.
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