Supuestamente, en esta sociedad mercantilizada y capitalista, el éxito personal se mide, más o menos, por el grado de éxito social que tengas. Evidentemente, aquellas personas que sean deportistas de élite o grandes empresarios deben situarse en la parte alta de la montaña del éxito y del reconocimiento y, consecuentemente, son el espejo donde algunos -muchos- que comparten valores y objetivos, miran para seguir sus pasos.
En estos días hemos sabido que dos de estos iconos sociales no dudan en hacer trampas para seguir siéndolo.
A Gerardo Díaz-Ferrán, expresidente de la patronal CEOE, que se encuentra
inmerso en un concurso personal de acreedores necesario, llevado a cabo por el juzgado de lo mercantil número cinco de Madrid,
debido a la deuda multimillonaria contraída tras la quiebra de Marsans,
su grupo empresarial, sólo le han encontrado 317 euros en las cuentas corrientes de Díaz Ferrán, y un único sueldo
de 736 euros brutos durante un mes como administrador de la sociedad de
Estaciones de Servicio Díaz Álvarez. También dispone de otros 15.000 euros en un fondo de inversión y otro de pensiones.
En este informe de la Administración Concursal no
aparecen numerosas propiedades y activos de Díaz-Ferrán porque según la
Fiscalía y la acusación, han sido transferidos a la empresa Posibilitum
Business para evitar su embargo y el pago a los acreedores. En la
denuncia presentada ante la Audiencia Nacional por cuatro grandes
empresas turísticas se menciona que están en esta situación, tal y como adelantó la SER, un Rolls Royce Phantom; dos apartamentos exclusivos
frente a Central Park en Nueva York; un yate de 27 metros de eslora; o
un chalé de lujo en Calvià. También diversas empresas de Díaz Ferrán,
entre ellas las consideradas de mayor valor como Parihol Inversiones o
Holdisan.
La acusación particular afirma que Gerardo Díaz Ferrán y
su socio en Marsans, Gonzalo Pascual, han llevado a cabo "un
deliberado, sistemático, doloso y perfectamente planificado proceso de alzamiento y ocultación apresurada de sus bienes personales".
Y todo esto lo hace uno de los máximos representantes de los empresarios españoles y europeos!.
Por otro lado, Dani Pedrosa fue detenido por hacer trampas en un examen para sacarse el título de patrón de yate. Debe ser que tanto aire en la cabeza le impide estudiar o que, por ser quien es, además de no pagar un euro a la hacienda española (es lo que tiene tanto patriotismo de pandereta y banderola mientras se tributa en Suiza) se cree que puede hacer lo que le da la gana en un examen de carácter oficial. Supongo que a mis alumnos les servirá de buen ejemplo para el futuro inmediato. Eso sí, dice que ha aprendido del error y que quiere "mirar hacia adelante". Quizás una temporadita estudiando en lugar de ir de motero chulito por ahí, plantando banderas de un país al que no contribuye en nada, estaría bien.
Si estos son los paradigmas del éxito, ¿qué podemos esperar de los demás?
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