Ayer se anunció el nuevo órgano de dirección de Compromís (ver noticia). De la noticia se pueden extraer algunos datos, al parecer irrelevantes para algunos:
Los 21 miembros del nuevo Consell Executiu Nacional están elegidos de la siguiente manera:
11 por el Bloc Nacionalista Valencià (incluyendo Bloc Jove), de los que 4 (36,36%) son mujeres;
6 de Iniciativa del Poble Valencià (incluyendo también Joves), de los que 2 son mujeres (33%);
2 de Els Verds delos que 0 (0,0%) son mujeres
2 de los independientes, de los que 1 (50%) es mujer.
Total: 14 hombres (67 %) y 7 mujeres (33 %)
Curioso no?
Vamos por más: de los 21 miembros, se ha elegido una Permanente de 17 (todos los que tienen algún cargo interno); es decir, sólo 4 de esos 21 se han quedado fuera del órgano que gestionará el día a día de la política de la coalición. Y, oh sorpresa!,aquí sí ha habido discriminación positiva: las 4 personas elegidas para no estar en la permanente son mujeres, configurando así una Permanente de 14 hombres (82,35%) y 3 mujeres (17,65%).
Espero que en las próximas elecciones no hagamos de las políticas de género ninguna bandera que nos puedan tirar a la cara (y con razón). El 8 de marzo nos veremos de nuevo en la procesión.
Entiendo que, en política, como en tantos otros ámbitos de nuestra vida, existen las responsabilidades derivadas de las obligaciones que uno decide contraer en función de -en este caso- los resultados electorales.
Entiendo también que la ciudadanía tiene la facultada, cada vez que se la convoca para ello, de sancionar las decisiones de los dirigentes públicos determinando su continuidad o no en tales menesteres. Pero, ¿eso es suficiente?
Si un personaje como Carlos Fabra, por poner un ejemplo de político valenciano de derechas, decide construir un aeropuerto peatonal en su provincia (con el beneplácito y apoyo del resto de cargos de su partido, evidentemente), y rematarlo con una estatua del gran Ripollés de 14mx18m y cerca de 33 TM de acero cortén, cobre y acero inoxidable, gastándose 300.000 € en ello, evidentemente tiene una responsabilidad política que, tiempo al tiempo, tendrá una determinada respuesta por parte de los votantes de Castellón.
Sin embargo, el que un tipo como Fabra -digno padre de tan diputada hija- se gaste semejante dineral en estatuas a mayor loa de su gestión y que ello contribuya a aumentar la deuda de las administraciones públicas y, consecuentemente -según el discurso de Mariano, Soraya y Mª Dolores (con los que nos quieren ya podemos tutearlos sin pudor alguno)- son el origen de muchos de los recortes en sanidad, educación, aumento de impuestos, etc., etc., debería tener, a mi juicio, alguna responsabilidad personal más allá de la meramente política.
Como a Rato, Olivas y el resto de consejeros de Bankia, creo que debería estudiarse la posibilidad de denunciar judicialmente a quienes han permitido, consentido, favorecido y aprobado el despilfarro del dinero público en detrimento de servicios y derechos sociales básicos recogidos en las leyes y en la Constitución y que asuman sus responsabilidades legales por ello. Solo con el Fabra cabezón de acero del aeropuerto se paga el salario de un docente durante casi 8 años. ¿Qué no se podría haber hecho con todo el dinero que ha costado construir la Ciudad de las Artes y las Ciencias o Terra Mítica o con lo "invertido" en RTVV, Fórmula 1 o Copa Amèrica por poner sólo lo más llamativo? ¿Qué ciudades y servicios tendríamos en estos momentos si los cientos de miles de millones de euros públicos se hubieran destinado a la ciudadanía y no a engrandecer egos y bolsillos propios y amigos?
Los responsables políticos que tomaron tales decisiones tienen que responder políticamente de ello; pero también tienen una responsabilidad legal y judicial, a la que deberían responder en los juzgados, sobre la desaparición de derechos y de autonomía financiera y social del conjunto de sus administrados.
Diputada en el Congreso por la gracia de Charly Gafas Oscuras Fabra, una niña hija de bien como tú no podía menos que hacerse oir, alto y claro, expresando lo que piensan la mayoría de tus correligionarios de partido sobre los parados, sobre los pensionistas, sobre las mujeres, los homosexuales o los extranjeros.
Con sólo tres palabras, bien altas y claras, dejaste caer -por si alguien aún tenía dudas- la careta del centralismo moderado de tu partido (ay! Gallardón cómo nos engañastes) y el entusiasmo de tus aplausos, tus gestos de asentimiento y adoración hacia tu presidente y, finalmente, orgasmo político incluído, tu grito exultante, pleno, extasiado, vehemente y totalmente definitorio, ese "¡Qué se jodan!", quedarán flotando en el hemiciclo para siempre, revoloteando por el techo punteado de balas tejerianas.
Di que sí, Andrea guapa y ppepera, que se jodan los parados, que se joda España entera que para eso es vuestra, sólo vuestra; vuestra y de los bancos y de las mafias y de los especuladores. Vuestra y de vuestros padres e hijos, como en las monarquías absolutistas y en las familias corleonianas; vuestra, que para eso habeis ganado las elecciones en todos lados, joder, (en todos no, aunque eso sí os joda) y ya se sabe, Camps dixit, que los votos son para vosotros la absolución política de todos los pecados cometidos.
Di que sí, Andrea Fabra, que ya está bien de ir por ahí de niños buenos dando caridad a gentuza que no quiere trabajar -y menos aún si tienen 45 años o más-, a abuelos enfermos que no paran de joder en los ambulatorios y que solo hacen perder el tiempo a médicos y enfermeras después de toda una vida trabajando y cotizando; a estudiantes que no estudian y se convierten en enemigos revolucionarios que sólo queman contenedores y provocan a la policía enseñándoles libros (arma peligrosa y mortal contra la desinformación y la homogeneidad del pensamiento único); o a degenerados/as que se casan entre ellos y, encima, tienen la desvergüenza de pretender criar hijos. Que se jodan (pero esos en la intimidad y sin que se sepa)
Que sí, Andrea, que sí .... que se jodan los desahuciados que no pueden quieren pagar la hipoteca de su casa, que se jodan los niños y estudien todos juntos, 36 ó 40 por aula, y así no pasarán frío en invierno; que se jodan funcionarios, profesores, médicos, bomberos o autónomos y se les baje el salario para que no se lo gasten en cafés y vacaciones y puedan copagarse y repagarse la sanidad; que para garantizar la buena salud y la buena educación y la buena justicia se debe pagar y repagar y copagar por ella, como Dios Cospedal manda. Que se jodan los jóvenes y en su primer empleo, si lo encuentran, que sepan lo que es trabajar duro y ser explotados por un mísero sueldo, no vaya a ser que tengan suficiente dinero para gastarlo en vicios o en cultura.
Que sí, señora Fabra, que sí ..... que este país necesitaba de gente como Rajoy y como usted y como su padre.... que desde que se murió el enano cabrón pequeño gran dictador, el peligro de que rojos y liberales de este país se subieran a las barbas del capitalismo salvaje y aprobaran leyes de igualdad y bienestar social y favorecieran el desarrollo del sector público en detrimento de los intereses de sus amiguitos del alma se estaba volviendo demasiado real y empezaban a tocar demasiado los bemoles a algunos. Menos mal que llegaron ustedes y nos pusieron a todos en el buen camino. Mira que tener la desfachatez de vivir por encima de nuestras posibilidades durante tanto tiempo! Si es que deberíamos aprender de gente como su señor padre, digno de estudio en todos los departamentos de Estadísticas y Loterías del país (y del mundo mundial); o del señor Matas; o de Camps, Betoret, Cospedal, Rato, Fraga, ........ hay tantos y tantos en quienes fijarse para seguir la senda que nos marcan con su gran ejemplo! Y los que no aprendan, que se jodan de una puta vez que seguro que es porque son antipatriotas que no cantan los goles de la "roja" ni les sale la vena en el cuello y los ojos les lagrimean al escuchar el himno nacional.
Ayyy señora Andrea Fabra Fernández, ayer nos hizo ver, con mucha más fuerza y nitidez que hasta ahora, la realidad de lo que representan. Ayer se vió la cara del fascismo y del racismo social absoluto que usted y su partido representan en el parlamento, en las instituciones y en la política. Sus tres palabras al aire del hemiciclo hicieron caer las caretas y las ataduras de su partido, de su política y de su calaña. La dignidad que se le supone no le llega ni a la altura del hollín que cubre la suela del zapato del más pobre de los mineros que protestan por poder seguir viviendo de su trabajo. Ni la dignidad, ni la ética, ni la vergüenza. No habrá cura que pueda absolver el ejercicio de egoismo, de egocentrismo, de soberbia, de desprecio, insolidaridad, cinismo e hijoputez que usted protagonizó ayer en el Congreso de los Diputados ni votos que lo limpien de su conciencia -cosa que me importa bien poco- ni de las hemerotecas de este país.
No, señora diputada por Castellón Andrea Fabra, del Partido Popular: a pesar de tus gritos y de tus deseos, y a pesar de que muchos estemos muy jodidos por lo que está pasando, por lo que el gobierno está haciendo y por todo lo que aún queda por venir y padecer, quien tiene mucho más que perder que la inmensa mayoría de ciudadanos de este país eres tú y los que son como tú. ¡Jódete!
Rajoy y su partido están haciendo un ejercicio ejemplar de cómo gobernar de espaldas a todo un pueblo (incluidos sus votantes). La sesión de hoy del Congreso de los Diputados ha sido, una vez más, altamente esclarecedora de quien es Mariano Rajoy y qué es su partido. ¿Cómo se puede aplaudir y jalear en el hemiciclo donde reside la soberanía de un pueblo el anuncio de toda una serie de medidas que recortan salvajemente el estado del bienestar y los derechos largamente conquistados? ¿Cómo pueden reir y vitorear la mayor pérdida de la democracia y la ruptura, a golpe de decreto presidencial y real, del estado de derecho en este país?
Sólo hay dos opciones, a mi juicio: o no gobiernan y son meros ejecutores, brazos armados y sumisos, de las órdenes emanadas del verdadero poder político y económico europeo y mundial; o son una redomada panda de mentirosos sinvergüenzas, carentes de ética, a los que las personas les importa bien poco o nada, mostrando el fascismo que les caracteriza.
Probablemente sean las dos cosas juntas.
Y frente a esto, ¿qué?. Tenemos que seguir silentes y obedientes frente a las profundas injusticias y desigualdades que generan estas decisiones? El reinado de Rajoy y lo que representa debería acabar ya. Debería abandonar la Presidencia y convocar elecciones porque no gobierna según el programa que postuló en campaña. Y si no, si no cambia el poder ahora sólo nos queda ya recurrir a la insumisión ciudadan y retomar, por la fuerza de la ciudadanía, nuestro poder robado a golpe y voto de diputado.
La película es de 1943 pero el discurso y la reflexión sobre la ocupación, la responsabilidad personal y la verdad sigue siendo totalmente válido, desgraciadamente. Charles Laughton magistral.
Aunque creo que la única conclusión posible, después de oir y saber algunas cosas esta misma mañana, es que Compromís no sea otra mala copia más de lo mismo que ya hay, con capillitas, familias, tendencias y mayorías excluyentes y acaparadoras y sea un referente real y ejemplar de lo que tenemos como propuesta política para nuestro país. Por desgracia, difícil lo veo, visto lo visto.
Jorge Galindo es analista político y miembro del grupo de análisis Politikon.
Los trágicos incendios que han devastado nuestro ecosistema durante
la última semana no solo han tenido desastrosas consecuencias
medioambientales, sociales y económicas. También han dejado una marca en
el sistema político valenciano. Aunque ante tamaña desgracia no puede
hablarse de ganadores porque todos los valencianos hemos salido
perdiendo (y mucho), si alguien ha salido reforzado de la crisis ha sido
la coalición de izquierdas Compromís. A costa no solo del partido
gobernante, sino también del PSPV, que con cada nuevo evento relevante
ve su influencia más y más reducida. Analicemos las acciones y
estrategias de los partidos durante los días críticos.
El Consell, en un primer momento asumió una actitud de moderada
responsabilidad, y un discurso de “hacer todo lo posible” para minimizar
la gran “catástrofe”. Es lo único que podía hacer y lo que dicta el
manual: un desastre con causas iniciales externas como es un incendio
suele erosionar al partido en el Gobierno, pues la primera pregunta
(lógica) de todos los ciudadanos es “por qué” y “no se podría haber
evitado”. El Gobierno está obligado a responder, pero no puede hacer
mucho más que lamentar lo sucedido y explicar las causas inmediatas;
según el Consell, condiciones meteorológicas y negligencias.
La respuesta de Compromís ha sido contundente, y se puede resumir más
o menos así: “Nuestra tierra se está quemando, y en última instancia es
culpa de ellos (el Consell, el PP), de su política medioambiental, del
modelo de crecimiento económico basado en la destrucción de territorio
de la última década y media, y sobre todo de los recortes al estado de
bienestar de los últimos años”. La correlación recortes-política
medioambiental y económica-incendios no necesita ser demostrada (y no
nos ocupa aquí hacerlo), basta con que suene consistente, pues se apoya
en la tendencia del individuo y de la sociedad a buscar responsables
incluso cuando no tiene por qué haberlos, se debe a que necesitamos
comprender el mundo en que vivimos, sentir que tenemos control sobre el
mismo. El clima o un accidente son por definición incontrolables. Una
mala gestión política, no.
Al mismo tiempo, la coalición se ha erigido en defensor del
territorio, el medio ambiente, y de un modelo contrario para lo nostre:
fuerte política medioambiental, recuperación del territorio con cambio
de modelo económico, y Estado de bienestar con amplias inversiones. Por
descontado, no han especificado cómo puede hacerse esto en un contexto
como el actual. Su propuesta es tan vaga como la del PP, pero el hecho
es que tienen un modelo.
El PP ha entrado directa e indirectamente a responder a todo esto con
su contramodelo, acusando a quienes hablaban de recortes de poco menos
que “antivalencianos”, sin explicación consistente sobre los medios
disponibles y su relación o no con la catástrofe. El resultado no ha
sido otro que Compromís ha pasado a ser el interlocutor privilegiado del
Consell en la lucha partidista sobre los incendios y sus causas.
Porque el PSPV ha quedado totalmente fuera de este juego. Ni en los
medios oficiales ni en los alternativos han conseguido articular un
discurso claro sobre lo sucedido. La causa es no solo su desastrosa
situación interna y falta de organización, sino el hecho de que llevan
una década y media sin proponer un modelo claro sobre qué quieren para
la Comunidad Valenciana. El votante medio elige por las políticas que le
son propuestas, pero necesita que estas tengan una narrativa y una
coherencia para poder escoger. El PP supo hacerlo muy bien en los
noventa y la primera mitad de los 2000. Compromís lo está consiguiendo
ahora. El PSPV, no.
El resultado es que esta desastrosa crisis nos acerca un poco más a
una situación en la cual existen dos modelos diferenciados que compiten
por gobernar la Comunidad Valenciana. Pero el de la oposición está
liderado por un partido que no se encuentra donde está el votante medio,
sino en dos extremos: el económico y el identitario-nacional. Esto deja
una izquierda dividida entre aquellos votantes que ven en Compromís
algo demasiado alejado de su ideología y los que consideran que el PSPV
no es capaz de articular una oposición firme y consistente, con
políticas alternativas claras, al Gobierno de la derecha. El resultado
es poco halagüeño para nosotros, los valencianos: ninguno de los dos
modelos en puja (y tampoco el no-modelo del PSPV) tiene una sólida base
analítica en términos económicos y sociales, ninguno tiene políticas que
parezcan lo suficientemente moderadas, valientes y coherentes para
sacar a la Comunidad Valenciana del hoyo en que se encuentra. De hecho,
hoy por hoy solo uno de ellos tiene el suficiente apoyo electoral como
para seguir gobernando, y es precisamente el modelo en decadencia, el
que nos llevó al fondo del hoyo.
Con este incendio no solo se nos ha quemado la tierra, también se nos
quema, un poco más, la posibilidad de tener un futuro político
esperanzador.
Espero que nadie del Bloc o de Iniciativa pretenda dirigir y determinar las decisiones de aquellos que no militamos en partido alguno pero que compartimos el proyecto político de Compromís sobre nuestra representación en los nuevos órganos de dirección.
Espero que la independencia y limpieza de los procesos de elección de quienes no participamos de partido político alguno no se vean enturbiadas ni condicionadas por gustos, preferencias o vetos, explícitos o velados, de ningún cabeza, cabecilla o cabezón con carnet político porque algunos no lo vamos ni a permitir ni a acatar. Ya tuvimos bastante con Glorias y Margas para que vengan ahora otros de la misma calaña a hacer lo mismo que se hacía en EUPV.
Quizás algunos de ellos añoren viejos tiempos donde sus actitudes y comportamientos, siendo semejantes, quedaban oscurecidos por los de otros en la mayoría. Pero ahora, esos viejos tics que deberían haberse quedado en el pasado, siguen presentes y claramente visibles aunque pretendan enmascararlos bajo buenas formas, apretones de mano y palmaditas en la espalda. Y si antes denunciamos públicamente los vetos, las exclusiones y los comportamientos sectarios en otra organización, ahora simplemente espero no tener que plantearme tales situaciones que no deberían tener cabida en este nuevo proyecto. Y si los perros viejos no saben aprender nuevos trucos, que se retiren de la vida pública -de la que ya han sacado buenas tajadas- y dejen paso a savia nueva con nuevas formas saludables y éticas de entender y hacer política.
Iba a escribir algo para intentar sacar la rabia y calmar el dolor de ver cómo se quema mi tierra pero ni siquiera puedo ver las letras del teclado. Oigo en la calle los gritos de la gente aclamando a "la roja", mientras el cielo, hoy no tanto, refleja el rojo y el gris del fuego y el humo. Y siento como este país de pandereta, de fútbol, folclóricas y toros, a pesar de serlo, no merece quemarse por dentro y por fuera porque no es más que la herencia que recibimos para pasarla a las siguientes generaciones. Y no podremos dejar más que miles de hectáreas de bosques quemados, de montes desérticos y tierras devastadas. Y no habrá responsables porque, gracias a Dios, hemos vuelto a ser campeones de Europa de fútbol y el triunfo de un equipo lo tapa todo, lo oculta todo, lo enmascara todo. Y mientras Valencia se quema, Rajoy y Felipe reían y gozaban en Kiev.
No soy capaz de escribir más, pero responsables hay. Paco López ha escrito un artículo mucho más extenso y completo (Hemos ardido por encima de nuestras posibilidades) que recomiendo leer para hacerse una idea mucho más clara, si no se tiene ya, de por qué y por quien, cientos de años de vida se han calcinado en pocas horas. Las generaciones futuras nos juzgarán por esto y por otras muchas más cosas y no seran benevolentes con nosotros.
P.D.: Me llega esta carta abierta al Presidente Rajoy. Nada más que añadir salvo sentir cómo, a pesar de la escritura, la rabia y el dolor siguen aumentando.
P.D.: Un recuerdo al piloto de helicóptero muerto en accidente mientras luchaba contra el fuego y un deseo de pronta recuperación a los otros dos pilotos heridos en el otro accidente.
