Ayer apareció en prensa la oferta realizada por I.Pla al alcalde de Alaquas para que se quite de enmedio y deje de enredar. Evidentemente, las expectativas de este joven del PSPV pasan (bien secundado por algunos de los barones ensombrecidos por la actual ejecutiva socialista y con el beneplácito benévolo de Madrid) por relevar a Pla pasadas las elecciones autonómicas.
Esto, que en otras circunstancias, no dejaría de ser un espectáculo más o menos divertido para los que lo contemplamos desde fuera, tiene gravísimas connotaciones para el País Valenciano: el detonante necesario para relevar a Pla sería la derrota sin paliativos del PSPV en las próximas elecciones autonómicas o, lo que es lo mismo, una nueva victoria apabullante del PP.
Evidentemente, esta estrategia de Alarte y de la gente que lo está aupando, junto a Ferraz, vuelve a menospreciar a Valencia, ofreciéndola en prenda a Camps para lidiar sus disputas internas. ¿No importan los desmanes, ilegalidades, despilfarros, falta de ética, imputaciones y toda la sarta de barbaridades que el Partido Popular ha venido haciendo en los últimos años, basándose en la impunidad que le proporciona su mayoría absoluta en las Cortes y en las Diputaciones, para que los socialistas valencianos cambien sus prioridades y empiecen a ser y comportarse como un partido político capaz de gobernar este país? ¿No ven que otros cuatro años de desgobierno pepero serían verdaderamente insoportables para todos y que este camino, de seguirlo, sólo garantiza más de lo mismo?
No me hace ninguna ilusión que Pla sea el próximo president pero tengo claro que lo prefiero a Camps. Y si Alarte y Pepe Blanco tienen un mínimo de respeto hacia Valencia deberían echar el resto en las próximas elecciones y no sólo de boquilla. Tirar balones fuera, derivar la responsabilidad de un cambio político a una alianza ajena a ellos mismos, negando en Madrid cualquier cambio en el estatuto como medida de presión hacia EU y Bloc para hacer "necesario e imprescindible" tal pacto electoral y actuar de manera taimada en clave interna y con la mirada puesta en 2008, preparando un hipotético cambio en 2011, no es más que un ejercicio de mezquindad y traición hacia el pueblo valenciano.
Desgraciadamante, la ruindad suele triunfar en estas causas así que si queremos un cambio político en la plaza Manises ya sabemos que no podemos contar con nadie más y nos va a tocar ganar las elecciones. Ahí estamos!!!
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