Va a parecer que le tengo manía, pero es que Zaplana lo pone a tiro: el portavoz parlamentario del PP, es decir, aquel que en el lugar donde reside la soberanía de la ciudadanía representa y expresa la opinión del principal partido de la oposición, agredió verbalmente e insultó gravemente la cultura, la tradición y las costumbres de otro país, y a las mujeres que en represetnación nuestra lo visitaron.
Ya conocemos de sobra la incontinencia verbal de Zaplana, su falta de respeto hacia los demás, su cinismo despótico y su tolerancia cero hacia todo lo que no sea él mismo. Ni siquiera hacia el partido que lo mantiene, lo sustenta y le da cobijo cada vez que sus imbéciles comentarios demuestran el tipo de calaña que es. Lo único que respeta es el poder y el dinero y frente a eso no se puede hacer nada. Al igual que Mario Conde en su momento, la única solución para terminar con este tipo de gente es hundirlos en la miseria social, en el abandono mediático, en el vacío. Y mientras el Partido Popular siga amparando estas actitudes, comportamientos y comentarios será cómplice de los mismos. ¿Dónde estan los responsables del PP de la mujer, de cultura, de relaciones internacionales? ¿Por qué no dicen nada, siendo que el silencio les hace compañeros de insulto y desprecio? ¿Es esta la política del PP hacia otros países y hacia las personas que nos representan en cada viaje? Si comparten criterio con Zaplana -a fin de cuentas es su portavoz-, ¿sancionará a las diputadas de su partido que iban en ese viaje?
Al final es posible que sí, que un poquito de manía y asco sí que les tenga yo a este tío.
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