Dirigentes de EUPV achacaron ayer al “acaloramiento veraniego” las declaraciones realizadas por el secretario de Organización de EUPV, Ricardo Sixto, que el viernes reprochó al Bloc –partido con el que la coalición negocia un pacto para 2007– que votara a favor de la privatización del servicio de aguas de Sagunto. Las mismas fuentes afirmaron que sería “estupendo” que en todos los municipios los partidos políticos mantuviesen una actitud excelente, “pero estas declaraciones extrapolan las discrepancias del tripartito de la localidad”. La posibilidad de ruptura mencionada por el secretario de organización de EU “es un tema autonómico y no municipal, y no hay discrepancias en cuanto al programa a nivel autonómico”, apuntaron estos dirigentes. “Los calores del verano no son buenos para casi nada, y estas declaraciones son sólo una salida de tono de una postura personal que no responde a la posición de la dirección del partido ni ha sido tratado por un órgano de EU”, explicaron. (Las Provincias, 1-Agosto-2006).
No acabo de entender esto de ir haciendo declaraciones a título personal desde la responsabilidad que uno ocupa que están, además, en clara divergencia con la línea de trabajo aprobada en los órganos de dirección y que ello, una vez más, no tenga ninguna consecuencia política efectiva. Esas declaraciones efectuadas al calor del sol, junto al resto de las mismas efectuadas en los últimas semanas, evidencian el posicionamiento personal del responsable de organización de EU y miembro de la comisión negociadora contrario a un pacto, al menos con el Bloc; la respuesta de dirigentes de EU intentando minorar el impacto de unas declaraciones, a mi juicio totalmente fuera de lugar e irresponsables, no hacen sino mermar la cada vez menor credibilidad de la capacidad de dirección y organización interna y de negociación del número dos de EU con otras fuerzas políticas, además de restar credibilidad e ilusión ante la ciudadanía que sigue, muy atenta, cada paso que se da en este tema. Hay mucha gente, dentro y fuera de EU, esperando con la máxima atención que se den pasos esperanzadores hacia una posibilidad real de cambio profundo y radical del rumbo político en este país. Si la realidad anunciada en menos de una semana es un parón en el proceso de negociación y, unos días más tarde, un peligro de ruptura, el retroceso evidente genera desilusión, desánimo y decepción.
El marco de trabajo se definió perfectamente en el Consell Nacional del 17 de junio, sin votos en contra. No caben maniobras especuladoras ni lecturas tergiversadas o torticeras sobre el mismo. Hay demasiado en juego para que un calentón veraniego tenga la culpa de todo.
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