Sigo leyendo, con emociones cada vez más diversas entre el desconcierto, el enfado y la risa por el esperpento pepero de estos días, la cronología de las actuaciones de la dirección regional y nacional del PP en realción a la destitución de Costa.
La actuación de Francisco Camps continúa en la lógica sobre la que lleva instalado más de 8 meses: la mentira continua, ese mundo paralelo a la realidad dónde parece residir, que le ha llevado a mentir a todos los diputados de les Corts Valencianes, a su propio partido, a los jueces y, finalmente, a su propia dirección regional y nacional.
Los barones del PP valenciano, quienes realmente deben dirigir y digerir ahora toda esta sarta de informaciones y actuaciones contradictorias, no deben estar muy contentos con la actuación del antaño Molt Honorable. Sus decisiones les han llevado a ser el hazmerreir de los mentideros políticos y de los medios de comunicación y su militancia -al menos los decentes- estan avergonzados de ellos. "Estos son todos una panda de chorizos sinvergüenzas" me decía un amigo, afiliado al PP, en un correo hoy mismo, refiriéndose a su gente. Sin embargo, tan sólo algún dirigente como Ripoll se ha atrevido -y no por razones éticas- a criticar la actuación de Camps en toda esta crisis. Y, aunque parece haber mar de fondo entre las tropas del PP valenciano, no se está cuestionando abiertamente ni el liderazgo del President ni su transparencia, ética y firmeza en la gestión de la crisis Gürtel. Su propia implicación lo inhabilita para ello y es en estos días cuando ha quedado patente.
Sabíamos que detrás de los trajes había más. Ahora sabemos que hay mucho más, mucho peor y de mayor trascendencia de la que esperábamos y de la que deseábamos. No es bueno para nuestro país tener este tipo de tipos gestionándolo y no es bueno para nuestra sociedad este modelo de comportamiento de sus dirigentes.
Y el escándalo alrededor de "Ric" Costa no puede hacernos perder de vista que en un partido político donde se permite que una decisión de la más alta instancia local (Valencia) quede desautorizada 1h más tarde por la dirección nacional (Madrid) es difícil creer que un Secretario General o un tesorero pueden actuar a su libre albedrío en temas de gestión de recursos sin el conocimiento de sus responsables políticos superiores.
Si Costa ha sido cesado por su actuación como Secretario del PP valenciano en los últimos meses, la responsabilidad política es de quien lo aupó al cargo y de quien lo ha mantenido en él pudiendo actuar antes como lo hizo el martes por la tarde-noche. Rajoy, Cospedal y el resto de la dirección nacional del PP han podido intervenir mucho antes del pasado martes, asumiendo así su parte de responsabilidad en esta trama. Y quizás ellos mismos, junto a Camps y algunos más, deberían seguir el mismo camino de Costa, librando al PP y a la clase política de elementos perniciosos y nocivos a la praxis ética y decente de la política.
Los barones del PP valenciano, quienes realmente deben dirigir y digerir ahora toda esta sarta de informaciones y actuaciones contradictorias, no deben estar muy contentos con la actuación del antaño Molt Honorable. Sus decisiones les han llevado a ser el hazmerreir de los mentideros políticos y de los medios de comunicación y su militancia -al menos los decentes- estan avergonzados de ellos. "Estos son todos una panda de chorizos sinvergüenzas" me decía un amigo, afiliado al PP, en un correo hoy mismo, refiriéndose a su gente. Sin embargo, tan sólo algún dirigente como Ripoll se ha atrevido -y no por razones éticas- a criticar la actuación de Camps en toda esta crisis. Y, aunque parece haber mar de fondo entre las tropas del PP valenciano, no se está cuestionando abiertamente ni el liderazgo del President ni su transparencia, ética y firmeza en la gestión de la crisis Gürtel. Su propia implicación lo inhabilita para ello y es en estos días cuando ha quedado patente.
Sabíamos que detrás de los trajes había más. Ahora sabemos que hay mucho más, mucho peor y de mayor trascendencia de la que esperábamos y de la que deseábamos. No es bueno para nuestro país tener este tipo de tipos gestionándolo y no es bueno para nuestra sociedad este modelo de comportamiento de sus dirigentes.
Y el escándalo alrededor de "Ric" Costa no puede hacernos perder de vista que en un partido político donde se permite que una decisión de la más alta instancia local (Valencia) quede desautorizada 1h más tarde por la dirección nacional (Madrid) es difícil creer que un Secretario General o un tesorero pueden actuar a su libre albedrío en temas de gestión de recursos sin el conocimiento de sus responsables políticos superiores.
Si Costa ha sido cesado por su actuación como Secretario del PP valenciano en los últimos meses, la responsabilidad política es de quien lo aupó al cargo y de quien lo ha mantenido en él pudiendo actuar antes como lo hizo el martes por la tarde-noche. Rajoy, Cospedal y el resto de la dirección nacional del PP han podido intervenir mucho antes del pasado martes, asumiendo así su parte de responsabilidad en esta trama. Y quizás ellos mismos, junto a Camps y algunos más, deberían seguir el mismo camino de Costa, librando al PP y a la clase política de elementos perniciosos y nocivos a la praxis ética y decente de la política.
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