Quizás no debería preguntarme dónde va sino más bien dónde está esta organización.
Dónde están las ilusiones y el trabajo que durante muchos años mucha gente ha dejado en ella, dónde el resultado de tanto esfuerzo de militantes y simpatizantes, dónde quedó la utopía. Las bases políticas que han sustentado nuestras acciones, tanto interna como externamente, sobre las que hemos desarrollado nuestras propuestas, aún con diferencias e incluso contradicciones, se han caracterizado casi siempre por un alto grado de participación, de análisis riguroso y de debate profundo de la militancia. ¿Dónde está ahora ese debate? ¿Dónde está la coherencia de la izquierda de este país?
Nuestros actuales dirigentes no han sido capaces en casi dos años de superar el resultado de la VIIIª asamblea. Siguen pensando y actuando desde la mezquindad y la mediocridad, desde la debilidad del enfrentamiento y no desde la política. No han podido, no han querido o no han sabido generar tranquilidad, confianza e ilusión en su propia militancia. Más bien al contrario, han conseguido, casi de manera unánime, crear crispación, apatía, desidia y tristeza entre una gran parte de la misma.
Dicen que cada uno tiene lo que se merece. Demasiado castigo para una militancia que, como siempre, está a la altura a pesar de quienes la dirigen.
0 comentaris:
Publicar un comentario