
Y, mientras, Gallardón a lo suyo, convirtiéndose en el protagonista de esta historia, sabiendo que ha vuelto a colocarse en la posición "correcta"· para su partido, el centro derecha moderado, que tan buenos resultados le dió en el pasado. Las críticas de la dirección del PP, con el silencio (cómplice?) de Rajoy, ha generado una crisis interna provocada, de manera totalmente consciente por el propio Gallardón. El PSOE no puede hacer más que pinchar un poquito -precio mínimo que hay que pagar- pero no va a hacer leña de esta guerra. Sin embargo, dentro del PP, a menos de un año de las elecciones, se ha visto que hay alternativa a las posiciones actuales.
Y Ruiz Gallardón ha vuelto a hacer un gran favor a su propio partido, porque ha vuelto a recordar, esta vez con hechos, que lo que hizo ganar al PP las elecciones de 1993 fue la moderación y la tranquilidad, no exenta de feroz crítica hacia el PSOE de F. González, pero transmisitendo una sensación de calma y cambio desde el propio sistema. Las declaraciones, las políticas de confrontación e intento de desgaste del gobierno Zapatero, la no aceptación de absolutamente nada de lo que emana del propio Parlamento español, sede de la soberanía de la ciudadanía o las declaraciones de "insumisión" frente a las leyes aprobadas por amplios consensos del espectro parlamentario, por parte del staff pepero actual, Gallardón lo sabe, está llevando a su partido a la radicalización y al extremismo, a la exacerbación de la ideología más rancia y fascista de la derecha caduca y obsoleta que representan los actuales dirigentes del PP y, por ende, a la oposición durante mucho tiempo.
Ni es un héroe por casar a dos homosexuales, ni un traidor por "desobecer" a su partido. Es un político que sabe perfectamente qué pasos hay que dar en cada momento para estar donde quiere estar.
¡Ojo con él!
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