Parece ser que la existencia de un sitio donde se digan las cosas claras y transparentes, sin tapujos, desnudando la verdad de cualquier subterfugio o edulcorante, donde se puedan y se digan las cosas a la cara, como siempre se debería haber hecho, no gusta a la actual mayoría en el poder de EU. Sitios donde aparezca ante la opinión pública y ante la militancia de EU la verdadera realidad interna de aquello que venimos denunciando hace ya demasiado tiempo: que hay gente en esta organización, ahora en la mayoría que manda, permanente y conscientemente instalada en la confrontación interna como único medio de conseguir metas personales que de otro modo, desde la Política, les sería prácticamente imposible alcanzar.
En ese posicionamiento, la discrepancia, las diferencias, la pluralidad no son vistos ni vividos por esta gente - a pesar de las declaraciones grandilocuentes- como un enriquecimiento, una aportación generadora de nuevos puntos de vista, como un engrandecimiento de la propia organización, sino como un enfrentamiento de carácter personal.
Su cada vez mayor incapacidad de análisis político serio y responsable, coherente con las responsabilidades que algunos han decidio asumir frente a la militancia y frente a la sociedad, hacen que cada palabra, cada gesto se interprete sólo en clave de ataque o defensa, limitando la capacidad interna de debate, de estudio, de análisis y de formación, aprendizaje y crecimiento político interno. Ahí cabe, en ese punto de no querer y no saber en el que ahora estamos, que algo tan indecente como el veto, por tener un carnet del PCPV o por tener nombre y apellido concreto, sea visto como algo natural y lícito en el juego del enfrentamiento, de la guerra, de la batalla interna, de la destrucción permanente.
Y, evidentemente, decir todo esto en público, hacer visible a la gente que, estando en la órbita de EU, en la militancia, sigue el devenir diario de nuestra organización y de nuestro país, molesta a quienes desde la falta de decoro, de decencia, de respeto hacia el otro, siguen creyendo, pobres ellos y ellas, que sus intentos de insulto nos afectan o que sus opiniones caducas y trasnochadas nos importan.
No por chillar más o por pegar más fuerte en la mesa se convence al de enfrente; no por tener más votos se tiene siempre razón; no se cohesiona desde la exclusión ni desde la descalificación. Y desde las responsabilidades que cada uno decide asumir, ante la militancia y ante la sociedad, no se puede -no se debería poder- conducir a toda una organización al fango de la bajeza y de la indecencia. Espero.
1 comentaris:
no hace demasiado tiempo que abrí los ojos y vi una realidad muy distinta a la que se vende desde los atriles.
a muchos se les llena la boca hablando de democracia, debate, convenciones programáticas.... pero al que se sale de la delgada línea trazada por unos pocos, zaaasss, cabeza cortada....
pues aquí, al otro lado (del lado oscuro) cada vez hay más cabezas.... a ver si se atreven con tod@s.
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