Rita Barberá ha anunciado su intención de volver a encabezar la lista del PP en las próximas elecciones municipales de Valencia. No voy a negar que su anuncio me ha causado cierta sorpresa ya que pensaba que dejaría -por fin- paso a otros dirigentes de su partido afines suyos en la próxima legislatura, pero por lo visto no será así.
El anuncio, hecho en presencia de la todopoderosa Soraya Sáez de Santamaría, pretende, a mi juicio, dos cosas de manera evidente: una, evitar cualquier tentación por parte de su partido en Valencia o en Madrid de utilizarla como moneda de cambio y negociación en la decisión sobre el candidato a la Presidencia de la Generalitat y evitar(se) acabar su carrera como la responsable de la previsible pérdida de representación de su formación en las próximas elecciones autonómicas y, dos, intentar salvar el feudo municipal del partido en la ciudad de Valencia, confiando en su tirón electoral, como reducto de la derecha valenciana en los próximos comicios locales.
Sigo sin tener del todo claro que la señora Barberá vuelva a repetir de cabeza de lista. Pero, frente a la duda, espero que así sea para que la más que segura caída del PP en las próximas elecciones sea aún más dura y más duradera que lo que anticipan las encuestas. Y así podamos cambiar este país de arriba a abajo como Dios manda.
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