Es evidente que la crisis que estamos viviendo en el seno de EUPV en estos momentos no está causada por la decisión de cuatro miembros de nuestro grupo parlamentario de Comprimís de no aceptar la decisión de que Amadeu Sanchis sea el representante de la coalición en RTVV. El nivel de crispación que, desde la elección de la actual coordinadora en la VIIIª Asamblea de EU, se ha venido imponiendo en todos los ámbitos de la organización es, sencillamente, escandaloso e insufrible. La IXª Asamblea de noviembre del año pasado –sólo han pasado 8 meses desde entonces- demostró que Gloria Marcos y el equipo que la acompaña había conseguido profundizar y agravar las graves carencias internas que en el anterior período se habían puesto de manifiesto.
El enfrentamiento entre los independientes de Gloria y el PCPV con Esquerra i País, la dinámica de confrontación interna, la pérdida de capacidad y voluntad de dirimir en los ámbitos de los órganos de dirección, mediante el debate ideológico y político, los desencuentros y las discrepancias y la imposibilidad de confluir en cauces y espacios de encuentro posturas diferentes, junto al cambio de alineamiento de una parte de la dirección respecto a la dirección federal de IU –la lucha entre Gaspar Llamazares y Paco Frutos- permitiendo que ese debate soterrado haya calado en el interno de EU, fueron los embriones de la guerra abierta que, en estos 8 meses, se ha alimentado de desencuentros, sectarismos, exclusiones, decisiones desafortunadas y enfrentamientos que superan, actualmente, el marco de la discrepancia interna.
No cabe aquí repetir cada una de los hechos que han servido de estímulo al gran vacío que en materia de diálogo, respeto a las minorías y la pluralidad emanada de las Asambleas, vetos personales, estrategias políticas y políticas de alianzas, calendario de trabajo, representación institucional, campaña electoral y asunción de responsabilidades, por poner sólo algunos ejemplos, han presidido este último período interno. Pero sí cabe responsabilizar a quien, con mano férrea, ha dirigido y mandado en esta organización desde hace cuatro años, la gran, la total responsabilidad de haber permitido, de haber contribuido a que esta organización perdiera, días tras día, sus grandes señas de identidad, su propia esencia. La responsabilidad de la coordinadora, Gloria Marcos, del responsable de Organización, Ricardo Sixto, con el apoyo explícito del PCPV y del Espai Alternatiu, es más que evidente, flagrante.
En el espacio de la IXª Asamblea, un grupo de militantes decidimos intentar introducir elementos internos que posibilitaran un cambio en las deterioradas actitudes y comportamientos entre los dos grandes “bloques” existentes en ese momento. Decíamos que ni Gloria Marcos ni Pasqual Mollà debían ser los representantes máximos de nuestra organización porque ellos representaban el conflicto interno de los últimos 3 años. Pretendíamos transformar nuestra organización en un elemento de enriquecimiento personal y social. Que EUPV significara alguna cosa más que la suma de las personas que la componen: una organización que aportara ideas para el cambio social, ámbitos de cooperación de las personas implicadas en los diversas frentes, recursos de trabajo para llevar adelante las acciones, apoyo orgánico e institucional a sus colectivos y cargos y la presencia pública que comunicara a la sociedad un proyecto nuevo y transformador. Pretendíamos una organización volcada hacia fuera, desde la coherencia y la claridad interna, una organización internamente cohesionada desde el debate y el consenso. Un trabajo hecho en conjunto para un proyecto compartido.
Y para conseguirlo, considerábamos necesario un cambio radical de actitud en la organización, que se debía traducir en estructuras nuevas y nuevas metodologías de trabajo, junto a una modificación de la estructura de relaciones y responsabilidades, en un marco de confianza mutua para poder avanzar que debía conseguirse a partir de una predisposición inicial y un trabajo que implicara a todas las partes, donde todas ellas se sentaran representadas y todas pudieran hacerse oír. Por aquellas propuestas, que recibieron el respaldo del 16% de la organización en la asamblea de noviembre, a la gente de Projecte Obert nos bautizaron como Cascos Azules.
Lamentablemente, en estos ocho meses transcurridos desde aquél momento, nada de todo lo demandado se ha cumplido. Ninguna de las premisas básicas necesarias para transformar la dinámica de crispación y enfrentamiento en debate y pluralidad, en enriquecimiento de la organización, se ha puesto en funcionamiento. El camino seguido ha sido el opuesto. La crisis se ha ido larvando en cada una de las reuniones de la sesgada Permanente, en cada uno de los crispantes Consells Polítics y Nacionals, en cada una de las decisiones monocolores de la mayoría, en cada uno de los nombramientos, en cada una de las votaciones. El detonante, el nombramiento de Sanchis para RTVV.
La responsabilidad que nos otorgó la IXª Asamblea, la responsabilidad que asumimos en aquél momento y que hemos seguido manteniendo en todo momento a lo largo de estos ocho meses a pesar de todo, el respeto y la creencia de que EUPV y Compromís pueden seguir siendo instrumentos válidos para expresar, visualizar y transmitir un ideario político imprescindible en el ámbito valenciano y estatal, nos obliga, nos compromete a seguir haciendo esfuerzos para reconducir la situación de crisis actual en EU y en la coalición y transformarla en un elemento de aprendizaje y crecimiento y, por ello, estamos inmersos en la búsqueda de soluciones válidas para el conjunto de EU, por encima de intereses y visiones parciales y sesgadas.
Pero para ello es necesario que las premisas cambien. Que el inmovilismo actual, la cerrazón de las posiciones, tenga un punto de flaqueza, de flexibilidad, que permita abrir cauces de diálogo y debate. Que las acciones demuestren que sigue siendo mayor aquello que nos une que lo que nos distancia y que, desde la izquierda real de este país, podemos ejercitar, aún en situaciones graves y críticas, la responsabilidad, la madurez, la seriedad, la coherencia, el respeto mutuo y la defensa de la dialéctica y la pluralidad como señas de identidad intrínsecas. Porque, en caso contrario, EUPV y Compromís dejarán de ser elementos válidos, nuestros medios, para intentar la transformación real de la sociedad y habrán dejado de tener razón de ser para el conjunto, cada vez menor, de ciudadanos que aún confían en nosotros, en todos nosotros.
El enfrentamiento entre los independientes de Gloria y el PCPV con Esquerra i País, la dinámica de confrontación interna, la pérdida de capacidad y voluntad de dirimir en los ámbitos de los órganos de dirección, mediante el debate ideológico y político, los desencuentros y las discrepancias y la imposibilidad de confluir en cauces y espacios de encuentro posturas diferentes, junto al cambio de alineamiento de una parte de la dirección respecto a la dirección federal de IU –la lucha entre Gaspar Llamazares y Paco Frutos- permitiendo que ese debate soterrado haya calado en el interno de EU, fueron los embriones de la guerra abierta que, en estos 8 meses, se ha alimentado de desencuentros, sectarismos, exclusiones, decisiones desafortunadas y enfrentamientos que superan, actualmente, el marco de la discrepancia interna.
No cabe aquí repetir cada una de los hechos que han servido de estímulo al gran vacío que en materia de diálogo, respeto a las minorías y la pluralidad emanada de las Asambleas, vetos personales, estrategias políticas y políticas de alianzas, calendario de trabajo, representación institucional, campaña electoral y asunción de responsabilidades, por poner sólo algunos ejemplos, han presidido este último período interno. Pero sí cabe responsabilizar a quien, con mano férrea, ha dirigido y mandado en esta organización desde hace cuatro años, la gran, la total responsabilidad de haber permitido, de haber contribuido a que esta organización perdiera, días tras día, sus grandes señas de identidad, su propia esencia. La responsabilidad de la coordinadora, Gloria Marcos, del responsable de Organización, Ricardo Sixto, con el apoyo explícito del PCPV y del Espai Alternatiu, es más que evidente, flagrante.
En el espacio de la IXª Asamblea, un grupo de militantes decidimos intentar introducir elementos internos que posibilitaran un cambio en las deterioradas actitudes y comportamientos entre los dos grandes “bloques” existentes en ese momento. Decíamos que ni Gloria Marcos ni Pasqual Mollà debían ser los representantes máximos de nuestra organización porque ellos representaban el conflicto interno de los últimos 3 años. Pretendíamos transformar nuestra organización en un elemento de enriquecimiento personal y social. Que EUPV significara alguna cosa más que la suma de las personas que la componen: una organización que aportara ideas para el cambio social, ámbitos de cooperación de las personas implicadas en los diversas frentes, recursos de trabajo para llevar adelante las acciones, apoyo orgánico e institucional a sus colectivos y cargos y la presencia pública que comunicara a la sociedad un proyecto nuevo y transformador. Pretendíamos una organización volcada hacia fuera, desde la coherencia y la claridad interna, una organización internamente cohesionada desde el debate y el consenso. Un trabajo hecho en conjunto para un proyecto compartido.
Y para conseguirlo, considerábamos necesario un cambio radical de actitud en la organización, que se debía traducir en estructuras nuevas y nuevas metodologías de trabajo, junto a una modificación de la estructura de relaciones y responsabilidades, en un marco de confianza mutua para poder avanzar que debía conseguirse a partir de una predisposición inicial y un trabajo que implicara a todas las partes, donde todas ellas se sentaran representadas y todas pudieran hacerse oír. Por aquellas propuestas, que recibieron el respaldo del 16% de la organización en la asamblea de noviembre, a la gente de Projecte Obert nos bautizaron como Cascos Azules.
Lamentablemente, en estos ocho meses transcurridos desde aquél momento, nada de todo lo demandado se ha cumplido. Ninguna de las premisas básicas necesarias para transformar la dinámica de crispación y enfrentamiento en debate y pluralidad, en enriquecimiento de la organización, se ha puesto en funcionamiento. El camino seguido ha sido el opuesto. La crisis se ha ido larvando en cada una de las reuniones de la sesgada Permanente, en cada uno de los crispantes Consells Polítics y Nacionals, en cada una de las decisiones monocolores de la mayoría, en cada uno de los nombramientos, en cada una de las votaciones. El detonante, el nombramiento de Sanchis para RTVV.
La responsabilidad que nos otorgó la IXª Asamblea, la responsabilidad que asumimos en aquél momento y que hemos seguido manteniendo en todo momento a lo largo de estos ocho meses a pesar de todo, el respeto y la creencia de que EUPV y Compromís pueden seguir siendo instrumentos válidos para expresar, visualizar y transmitir un ideario político imprescindible en el ámbito valenciano y estatal, nos obliga, nos compromete a seguir haciendo esfuerzos para reconducir la situación de crisis actual en EU y en la coalición y transformarla en un elemento de aprendizaje y crecimiento y, por ello, estamos inmersos en la búsqueda de soluciones válidas para el conjunto de EU, por encima de intereses y visiones parciales y sesgadas.
Pero para ello es necesario que las premisas cambien. Que el inmovilismo actual, la cerrazón de las posiciones, tenga un punto de flaqueza, de flexibilidad, que permita abrir cauces de diálogo y debate. Que las acciones demuestren que sigue siendo mayor aquello que nos une que lo que nos distancia y que, desde la izquierda real de este país, podemos ejercitar, aún en situaciones graves y críticas, la responsabilidad, la madurez, la seriedad, la coherencia, el respeto mutuo y la defensa de la dialéctica y la pluralidad como señas de identidad intrínsecas. Porque, en caso contrario, EUPV y Compromís dejarán de ser elementos válidos, nuestros medios, para intentar la transformación real de la sociedad y habrán dejado de tener razón de ser para el conjunto, cada vez menor, de ciudadanos que aún confían en nosotros, en todos nosotros.
2 comentaris:
Ivan, noticia de última hora Mireia y Mónica quieren expulsar a Gloria del Grupo Parlamentario, lo digo pq no debes haberte enterado, no? Habrias escrito algo sobre ello, vamos, estoy seguro de que no podrias haber permanecido callado frente a una vulneración flagrante de los estatutos de tu organización. Sin más,
un fuerte abrazo.
Algo he oido ... a pesar de estar un poquillo lejos de Valencia estos días, me llega algún eco de lo que está pasando por allá.
Pero gracias por el aviso, tiet. No se que haria sin mis lectores!!
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