Viene el Papa. Se lo digo por si alguno de ustedes no lo sabía todavía, a pesar de los múltiples anuncios en los telediarios (sobretodo en los de Canal9), en las banderolas blancas y amarillas colgadas de los balcones y de los centenares de miles de euros que, del erario público, están saliendo para agasajar al ilustre visitante y, de paso, aprovecharlo como marketin electoral por la curia pepera y como motivo de enfrentamiento con el gobierno de Zapatero.
Viene el Papa al V Encuentro Mundial de las Familias. Ya se ha dicho mucho sobre el modelo familiar que defiende la Iglesia cristiana encabezada por Raztinger y, por extensión, el Partido Popular. Mucho se ha hablado sobre la marginación y exclusión que han sufrido por su parte los modelos familiares "nuevos" que han cobrado protagonismo en los últimos tiempos saliendo a la luz con fuerza y obligando a la modernización de la legislación correspondiente, a pesar de la irritación de los, hasta ahora, privilegiados dueños del concepto "familia". Ya se ha hablado, y mucho, del cinismo y la hipocresía de aquellos dirigentes de la derecha que, desde las tribunas, lanzan mensajes políticamente correctos con las directrices de su partido en materia de sexualidad y uniones de parejas, mientras que en sus vidas privadas se benefician de la nueva realidad.
Viene el Papa. Y viene a intentar parar este movimiento de cambio de la vieja y obsoleta moral cristiana de verdades absolutas que sólo genera exclusión y marginación. Viene a respaldar, no se engañe nadie, una opción política anclada en el pasado donde el acceso a lo nuevo sólo era patrimonio de unos pocos privilegiados, donde lo correcto viene dictado por los ignorantes y los sectarios, donde la moral se escribe con tinta de oro sobre pergaminos y transmitida por la fe, donde lo inmoral, lo incorrecto, según sus creencias, debe ser erradicado u ocultado bajo la losa de la no existencia, del aborrecimiento, de la separación.
Viene él y, según dicen, más de un millón de "fieles" de todo el mundo. Bienvenidos sean a esta tierra. A pesar de todo, mi modelo de sociedad y de vida es compatible con sus creencias. Aunque no esté de acuerdo con ellas.
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