Vicente LaforaEditor
El president Francisco Camps debe sentirse muy seguro de volver a reeditar la mayoría absoluta. Digo esto por dos cosas.
La primera, por su descortesía. Camps ha demostrado hoy, o al menos esa es la sensación que ha dado, no importarle en exceso la moción de censura presentada por el líder del PSPV, Ignasi Pla.
El president ha llegado cuando ya se había iniciado la presentación de la moción de censura. Aunque la mayoría absoluta de la que goza hoy en Les Corts le cubre las espaldas y garantiza a Francisco Camps su continuidad en la presidencia, resulta preocupante que esa tranquilidad denote cierta arrogancia y desprecio hacia el rival. Camps se debe a las instituciones valencianas, y Les Corts y el líder de la oposición merecen un respeto que hoy se lo ha hurtado el dirigente conservador.
Pero además de su descortesía al llegar tarde a la sesión de hoy, el president anuncia la creación de una vicepresidencia económica con vistas a la próxima legislatura 24 horas antes del debate en Les Corts, dando por sentado que ni Pla ni el PSPV ni sus votantes merecen respeto, porque las elecciones ya están en el bolsillo.
Al parecer, Gerardo Camps, será el vicepresidente del Gobierno. El presidente Camps situará a su amigo como segundo, y desplazará a Castellón a Víctor Campos. Que es tanto como decir que Carlos Fabra está descartado, al menos a priori, en los planes del president como presidente de la Diputación.
Ese podría ser el escenario dibujado sobre el papel, pero dicha estrategia sólo vale siempre y cuando las urnas den a Camps y al PP la mayoría absoluta, y ya se sabe que los pronósticos están para romperlos, y si no que se lo pregunte el president Camps a Mariano Rajoy, que en 2004 iba de ganador y resultó ser el perdedor en el 14-M.
Anunciar la creación de una vicepresidencia económica de cara a la próxima legislatura y además un día antes de la presentación de la moción de censura es una muestra de descortesía política, tanto hacia el PSPV, como también hacia los ciudadanos y ciudadanas que optan legítimamente por un cambio. En democracia la alternancia siempre es posible y factible. Camps ha cometido, en mi opinión, otro error grave.
La pregunta es obvia: ¿Y si le pasa a Camps lo mismo que a Rajoy? La prepotencia y la arrogancia suelen pasar factura.
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