Ya conocemos, se ocupan de ello constantemente los voceros de la derecha, la gran capacidad que tiene nuestro Molt Honorable President de la Generalitat Francisco Camps para solventar, como si no pasara nada, los múltiples y graves problemas que, especialmente en los últimos meses, han venido surgiendo dentro de su partido y en aquellas instituciones que dirigen. El último de ellos es la moción de censura que el PSOE le ha planteado en las Cortes Valencianas y que se debatirá mañana por la mañana. Conociendo a Camps y a Pla, se prevé un debate interesante entre ambos. Una moción de censura, con la presentación de un candidato alternativo a la Presidencia de la Generalitat y un programa de gobierno distinto, es algo serio, realmente serio en democracia -al menos para aquellos que la respetamos y la queremos- que merece toda nuestra atención y todo nuestro respeto. Este mecanismo legítimo de debate y votación de una propuesta alternativa a aquello que se quiere cambiar y que se ha utilizado por el propio Partido Popular en Cataluña por Josep Piqué contra Maragall, con el beneplácito de los Zaplana y Acebes y demás colla pepera, debería ser objeto de máximo seguimiento, información y difusión entre la ciudadanía, con todas las consecuencias que ello suponga.
Pero, ¿qué pasaría si pasara algo que rompiera el renglón a seguir, que rompiera las reglas de juego por parte de alguna de las partes? ¿Qué pasaría si, por ejemplo, el máximo representante de las valencianas y valencianos, objeto de la moción, el President Camps, no estuviera en el Parlamento mientras se debate y se vota la moción? ¿Qué pasaría si, por ejemplo, estuviera en algún municipio, fuera de Valencia, acompañado de algún acólito suyo poniendo primeras piedras o inaugurando cosas, en lugar de atender su labor en el Parlamento, sede de la soberanía del pueblo valenciano?
¿Y qué pasaría si, por ejemplo, el pleno de debate de la moción no tuviera la cobertura mediática de nuestra Radio Televisión pública, tanto la autonómica, Canal 9, como la estatal, RTVE? ¿Qué pasaría si las valencianas y valencianos no puediéramos oir lo que tiene que decir el candidato Pla como propuesta de futuro para todas y todos nosotros y las respuestas de nuestro gobierno por boca de su máximo responsable el sr. Camps? ¿Qué tipo de democracia estarían construyendo, ejerciendo, legando quienes tienen la responsabilidad de gobernar? ¿Qué tipo de irresponsabilidad, de burla a la ciudadanía, de desprecio a la democracia representativa, de despotismo brutal estaríamos viviendo?
Pero estoy desvariando. Seguro que mañana, Pla y Camps (y Ribó, lo que le dejen) tendrán un magnífico debate en el Parlamento, seguido por las cámaras de canal 9 y TVE con mayor atención, si cabe, que la visita del Papa. Y si no, al tiempo....
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