
Ni los de ayer eran socialistas ni, a diferencia de los venezolanos, estarán con su presidente hasta la muerte. Es la diferencia entre la ideología y el servilismo. Los de ayer estarán con el Molt Honorable mientras éste tenga la capacidad de repartir dádivas entre sus fieles, mientras mantenga la imagen de poder y peso político. En cuanto eso se resquebraje -y ya ha empezado- la fidelidad perruna de algunos/as, transmutará en desconocimiento y distancia. Como a Trillo, que ya ha empezado a recibir quejas amargas del propio estamento militar por su falta de asunción de responsabildad tras la sentencia del Yak 42, a Camps se le iran yendo por la puerta de atrás y poquito a poco, los fieles partidarios, junto a la honorabilidad, la credibilidad, la ética y la responsabilidad. E irá creciendo, esperemos que de manera más rápida, la firme sensación de que ni él ni su partido estan en condiciones morales y políticas de seguir dirigiendo el destino y la vida del País Valencià.
Ahora sólo falta que la izquierda cierre filas y encontrar el recambio adecuado para Camps y su cohorte. Y eso parece más difícil que meter a Camps y a Trillo entre rejas, aunque siempre hay esperanza.
Ahora sólo falta que la izquierda cierre filas y encontrar el recambio adecuado para Camps y su cohorte. Y eso parece más difícil que meter a Camps y a Trillo entre rejas, aunque siempre hay esperanza.
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