Ricardo Costa, imputado donde los haya, señaló ayer que "Zapatero vive en el país de la abeja Maya, es decir, en un país multicolor".
Conociendo la calaña de este tipo, es evidente que esta frase no expresa admiración o alegría precisamente. Y sólo demuestra la verdadera naturaleza de Costa y del partido que representa, junto a otros como Aleix Vidal-Quadras, que pretenden volver a la pureza de la raza.
Vivir en un país multicolor, plurilingüe, multicultural, diverso y variado, rico en matices, en texturas, en aromas, donde la sangre y las almas se mezclen, se entrecrucen y se enriquezcan parece asustar a esta gente pepera y rechazan -y lo dicen, vaya si lo dicen- esa simple posibilidad.
Ya sabemos de dónde vienen y qué es lo que quieren. Y cada vez más no puedo dejar de asociar sus comportamientos, sus acciones y sus expresiones con quienes defendían la pureza de la raza o la supremacía de unos sobre otros. Y eso sí da miedo.
Vivir en un país multicolor, plurilingüe, multicultural, diverso y variado, rico en matices, en texturas, en aromas, donde la sangre y las almas se mezclen, se entrecrucen y se enriquezcan parece asustar a esta gente pepera y rechazan -y lo dicen, vaya si lo dicen- esa simple posibilidad.
Ya sabemos de dónde vienen y qué es lo que quieren. Y cada vez más no puedo dejar de asociar sus comportamientos, sus acciones y sus expresiones con quienes defendían la pureza de la raza o la supremacía de unos sobre otros. Y eso sí da miedo.
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