
La no respuesta del PP a los diputados y diputadas de Compromís delata ese miedo. Les ha hecho daño que les hagan ver la cara dura, apolítica y miserable de los personajes que les dirigen. Las vergüenzas desveladas de Camps, Costa, Campos o Trillo, a pesar de los respaldos públicos han salido a la luz y verlas en prensa, radios y televisiones -menos las de aquí- les hiere la vista, los oídos y las conciencias.
No responder no es una estrategia o una táctica. Es una demostración pública de su miedo, de culpabilidad y de incapacidad para mirar a los ojos de la verdad y mantenerse en los cargos públicos que no merecen ocupar porque estan social y políticamente ilegitimados para ello.
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