La reunión de ayer de EU de Valencia ciudad, donde pretendidamente, se intentaba explicar la situación actual de la organización parece haber sido una de las mejores muestras de ello. La falta de voluntad de "nuestros dirigentes políticos" no ya de recomponer la situación interna -cuestión en la que, cada día más, coincidimos- sino en practicar lo que teóricamente es la esencia de EU y que dicen defender -el consenso, el debate, la pluralidad, (de tanto repetirlo, estas palabras están perdiendo su significado más profundo-.
Aquellas y aquellos que se erigen en guardaesencias de EU, los dirigentes que deben ser la imagen, la voz y la expresión de la militancia, son los mismos que, en una reunión interna, insultan, agreden y amenazan, incluso físicamente, a los que siguen siendo compañeros de partido, mal que les pese a algunos.
La conclusión lógica de una dinámica brutal de enfrentamiento y exclusión de aquellos que discrepamos y representamos otras maneras de entender y hacer políticas de izquierdas, planeada y dirigida por la actual coordinadora y la dirección del PCPV desde antes de la IXª Asamblea, y que ha tenido, cabe reconocerlo, muy buena correa de transmisión -a costa de puestos y nóminas, reiteradamente denunciadas- en algunos de los que ya han mostrado sobradamente su incapacidad e ineptitud para trabajar y representar el ideario político de EU y de Compromís, no puede ser sino una repetición de la situación interna que se vivió en el PC con la escisión de los "carrillos". Aquellos que tenemos aún memoria recordamos, con mucho pesar, las imágenes del odio, el rencor, el insulto permanente, el vacío absoluto que se generó entre aquellos que habían compartido ilusiones, sueños, esperanzas y muchos años de lucha y que, en muy poco tiempo, se transformó en incomunicación y palabras hirientes. El PC sólo se sobrepuso a esa situación cuando comprendió -si realmente lo ha hecho alguna vez- que la izquierda es plural, que la convivencia no es fácil, y que la unión de fuerzas es el único camino para derrotar a la derecha. Salvo que unión no implica acatamiento ni sometimiento; significa discusión, debate y consenso. Significa esperanzas e ilusión, trabajo conjunto, respeto al otro y a la pluralidad que nos une.
Hoy, aquellos que, contra el PP, defienden valores tradicionales de la izquierda, en casa, en EU, utilizan la presión brutal, la imposición no ya de posiciones mayoritarias frente a otras en minoría, sino el insulto y la amenaza como medio de conseguir sus objetivos, que ni siquiera coinciden con los de la totalidad de la organización que dicen representar, ni mucho menos con los objetivos que nuestra sociedad demanda. Y, por ello, simplemente, han quedado deslegitimados para que se les considere dirigentes de izquierdas.