Cuando la fiesta nacional
yo me quedo en la cama igual
que la música militar
nunca me supo levantar.
En el mundo pues
no hay mayor pecado
que el de no seguir
al abanderado.
yo me quedo en la cama igual
que la música militar
nunca me supo levantar.
En el mundo pues
no hay mayor pecado
que el de no seguir
al abanderado.