Nate Silver se ha convertido en un fenómeno viral en EEUU.
LV
Cuando la HBO o alguna otra cadena de televisión realice
el documental del mandato completo del reelegido presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, un joven bloguero de 34 años llamado
Nate Silver
seguramente tendrá un papel protagonista en el film. "Gurú", "brujo" o
"mago" son algunos de los epítetos con los que ha sido calificado por
los medios de comunicación tras la trascendental victoria del demócrata
frente al republicano Mitt Romney el pasado martes.
Silver predijo, cuando todas las grandes encuestas de las principales
cadenas de televisión y periódicos hablaban de una reñida pugna entre
los candidatos a la Casa Blanca, que Obama tenía un 90,9% de
probabilidades de vencer al exgobernador de Massachussetts. Lo mantuvo
durante todo el ciclo electoral. Acertó en cada uno de los 50 estados (a
falta del
recuento final de Florida).
No es flor de un día. En 2008, cuando el demócrata se enfrentó a John
McCain, Nate Silver la clavó y allí empezó todo. Desde el blog político
Daily Kos acertó en 49 de los 50 estados. Dos años más tarde, dio en la diana y previó 34 de 36 senadores. El
New York Times le fichó, impresionado por su método, después de la primera elección de Obama. No es periodista, es estadístico. Su blog es
Fivethirtyeight. El nombre responde al número de votos electorales en disputa en las elecciones estadounidenses. E
l 20% del tráfico de la web del
NYTimes es gracias a él.
Desde el bando conservador a Silver le llovieron las críticas cuando a
dos días de las elecciones, la semana pasada, dio un margen amplísimo
de victoria para Obama. Muchos analistas
han visto amenazado su trabajo. Otros han llegado a hacer
mofa de la homosexualidad de Silver, que ha visitado platós a lo largo y ancho del país, como Billy Beane en
Moneyball. No fue
el único que
acertó
en sus predicciones, es cierto, pero la precisión de sus aciertos es lo
que ha llamado la atención. Silver, demócrata declarado, únicamente se
basa en datos. No hay opinión. Fría estadística. Pura matemática.
Los datos previos a la noche electoral de EEUU definen hasta el
último detalle de quién vota: si es blanco, afroamericano, asiático,
hispano, mujer, joven, desempleado... Las elecciones estadounidenses son
una auténtica mina estadística y Nate Silver parece haber encontrado
oro.
Ahora bien, ¿cuánto hay de "magia" en todo ello? "Ninguna: es pura
matemática", explica el profesor de Marketing de la Facultat d’Economia i
Organització d’Empreses de la Universitat de Barcelona, Jordi Aymerich.
“La gracia del fenómeno Nate Silver es que únicamente ha invertido su
tiempo en recoger datos y ha acertado, mientras que los partidos
políticos se han dejado millones de dólares para averiguarlo y no han
acertado”, explica este profesor de investigación de mercados.
El método que utiliza el bloguero estadounidense es muy parecido al que usan los bancos para conceder hipotecas (
scoring)
o el que se usa para determinar dónde puede establecerse un comercio en
una ciudad. Por ejemplo, una tienda quiere abrir en Barcelona y tiene
20 puntos donde ubicarse. Pregunta cuáles son los mejores lugares.
Entonces se registran datos como las horas de sol en la fachada, sus
metros cuadrados, el número de gente que pasa por delante, la renta del
barrio, el número de familias que viven, el número de gente que
trabaja... "A partir de aquí se crea un algoritmo que te dice si tal o
cual local es bueno o malo, y después se establece una probabilidad de
que aquel sea el mejor local de entre todos lo que has escogido",
explica Aymerich.
En el caso concreto de Silver, recoge los datos de diferentes
encuestas y les da un valor dependiendo de su fiabilidad. "No es tan
complicado. Lo genial es que no se basa solo en una fuente. Justamente
lo que hace es consultarlas todas, darles más o menos peso, y finalmente
extraer un veredicto que mediante su algoritmo le da el resultado",
señala el profesor.
Silver utiliza un modelo estadístico "secreto", según ha señalado él
mismo. Es "un simulador de elecciones" basado en parte en comicios
pretéritos. Cada día introduce nuevos datos en su modelo matemático,
principalmente cifras de votación y datos económicos, y comprueba quién
gana y con qué frecuencia. Los resultados pasan a ser porcentajes. Así,
cuando Silver dijo que Obama tenía un 90,9% “de probabilidades de ganar”
las elecciones significa que en el 90,9% de las veces que introdujo los
datos en su modelo Obama salió vencedor.