Esta semana ya se empieza a visualizar el desplazamiento informativo dentro de EU: desde el posicionamiento frente al pacto al posicionamiento interno cara a la próxima asamblea. Sabíamos, sabía toda la organización, que llegado el otoño eso pasaría y por ello algunos defendimos el adelanto de la Asamblea para antes del verano, con el objetivo de que la nueva direccion elegida tuviera tiempo suficiente de situarse y afrontar estos meses decisivos con la suficiente y necesaria tranquilidad -si la puede haber en estas circunstancias-. Desgraciadamente, la visión mayoritaria de la dirección no fue esa y se ha preferido tener en poco más de dos meses la incertidumbre interna y externa sobre dos situaciones claves para el devenir de nuestra organización y de la situación política del país: la política de alianzas electorales, con respuestas negativas categóricas y tajantes a los planteamientos realizados desde el Consell Nacional y los movimientos internos de posicionamiento y planteamientos políticos ante la asamblea, "contaminados" por los desencuentros acaecidos en la cuestión anterior.
Llevo casi todo el mes de septiembre dibujando el mapa de posibilidades que pueden ocasionar las estrategias seguidas por la mayoría de la dirección de EU en estas dos importantes cuestiones y sigo sin ver, por más que lo intento, hacia qué buen puerto nos pueden llevar. Deseo creer que, efectivamente, de todo esto que está pasando se va a conseguir una organización más fuerte y cohesionada, con mayor respaldo social y con mayor capacidad de influencia que permita hacer políticas distintas en un futuro inmediato. Pero no veo cómo se puede conseguir eso con lo que estamos haciendo, diciendo y mostrando a la gente.
No hace mucho éramos una organización que se divertía trabajando y haciendo política de nivel. Ahora, desconfiados, amargados, suspicaces, trepas o simplemente decepcionados o pasotas, dejamos pasar tristemente un precioso tiempo que no recuperaremos jamás.
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