Unos, mediante la exclusión, el sectarismo y la marginación, ganaron los cargos, los puestos, las nóminas. El precio: el erial de la izquierda.
Otros aprovecharon el momento para crecer gracias al abono de la descomposición, ocupando el espacio que los cadáveres dejan. Ya se sabe que toda muerte no es más que fuente de nueva vida.
En medio -daños colaterales- los intereses de la gente, las esperanzas de los pocos votantes, el trabajo de los cargos públicos que aún se lo creen y la ilusión de unos pocos.
Lo malo, como decía Superratón: "No se vayan todavía .... aún hay más"
Otros aprovecharon el momento para crecer gracias al abono de la descomposición, ocupando el espacio que los cadáveres dejan. Ya se sabe que toda muerte no es más que fuente de nueva vida.
En medio -daños colaterales- los intereses de la gente, las esperanzas de los pocos votantes, el trabajo de los cargos públicos que aún se lo creen y la ilusión de unos pocos.
Lo malo, como decía Superratón: "No se vayan todavía .... aún hay más"
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