Esto que está haciendo el Partido Popular es de verdadera demencia y desprecio hacia las instituciones -que gobiernan- y hacia la ciudadanía, los que les votan y los que no.
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Permitir que un empresario, por muy poderoso que sea, condicione un proyecto deportivo y económico que han vendido como positivo para la ciudad de Valencia, para la "Comunidad" y para España entera (y olé), al resultado del mayor ejercicio de democracia de un país como son unas elecciones donde el pueblo expresa y decide su representación legislativa es un verdadero desprecio e insulto hacia nosotros.
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Permitir, aceptar, aún con malas caras por lo inesperado, y entrar en el juego de que alguien se permita interferir, influir y condicionar un proceso electoral tan importante como el del próximo 27 de mayo es simplemente intolerable.
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Y todo eso sin entrar en el disparate que significa tener un circuito urbano en una ciudad como Valencia.
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